Casi veinte mil personas disfrutaron de la Primera Fiesta Nacional del Sánguche de Milanesa que se realizó este pasado fin de semana en San Miguel de Tucumán. La variedad de preparación se vio reflejada en los distintos locales de ventas que los hubo de toda la provincia. «Le rendimos culto al Sánguche de Milanesa que es un clásico tucumano», dijeron los organizadores al coronar la celebración con una preparación que ya es récor mundial.
La edición debut del evento que honra a uno de los platos más característicos de la provincia deleitó a quienes asistieron al predio de La Sociedad Rural tucumana durante las tres jornadas de celebración.
Como si de un templo se tratase, el predio ferial de La Rural congregó a casi veinte mil visitantes que durante tres veladas le rindieron culto a un ícono gastronómico y cultural de Tucumán. La primera edición de la Fiesta Nacional del Sánguche de Milanesa fue un éxito rotundo y logró con creces su objetivo principal: poner en valor la identidad local y agregarle a la provincia un motivo más para que turistas de todo el país la visiten con el anhelo de conocer los secretos de la sabrosa milanga. Es mas en la jornada del sábado hubo largas colas para ingresar.
El evento, apoyado desde sus inicios por el Gobierno de Tucumán a través del Ministerio del Interior y el Ente Tucumán Turismo (ETT), ofreció al público concursos, juegos recreativos, exhibiciones de arte, paseos de emprendedores y, por supuesto, el sabor del mejor sánguche de milanesa de Argentina, a cargo de 30 stands provenientes de todos los puntos de la provincia.
“Estamos muy felices porque durante mucho tiempo buscamos concretar esta fiesta para el disfrute de todos los tucumanos”, dijo el presidente del Ente, Sebastián Giobellina, que describió al encuentro como “una propuesta que muestra nuestra autenticidad local con este ícono de nuestra gastronomía que viene creciendo en su promoción y se lo reconoce en todo el territorio argentino”.
El gobernador, Osvaldo Jaldo, tiene al turismo como una política de Estado y desde el organismo siempre colaboramos con quienes impulsan este tipo de eventos que apalancan la oferta turística de Tucumán, porque eso es sinónimo de empleo; basta con decir que cada local tiene más de 10 personas trabajando”, agregó Giobellina.
En tanto, el ministro del Interior, Miguel Acevedo, destacó que el sánguche de milanesa “es único, por sabor y calidad; la fiesta estuvo pensada para todas las edades e incluye la participación de todo nuestro interior”. “Desde la cartera del Interior acompañamos las propuestas de Turismo porque eso le da dinamismo a la economía de la provincia”, apuntó y aseveró que “después de la obra pública, la actividad turística es la mayor generadora de recursos y debemos seguir trabajando de esta forma para mostrarle al país todo lo bueno que tenemos para ofrecer los tucumanos”.
Milanesas de todo tipo y mucho mas
Luego de generar grandes expectativas en todo el país, los asistentes al encuentro, que pondera la identidad tucumana a través de su gastronomía, tuvieron para degustar los mas variados sánguches de milanesa de más de 30 stands. Allí se lucieron las sangucherías que resultaron ganadoras del concurso que durante las últimas semanas recorrió todos los departamentos de la provincia.
En el patio central, frente al escenario estaba la clásica sanguchería tucumana «El Turco», un emprendimiento familiar que contó con mucho personal para preparar, freír y armar los sánguches, que por jornada sumaron unos 700 kilos de milanesas. Todo estaba perfectamente «orquestado» y la labor de cada uno cuenta pero el «sanguchero» -el que lo arma- es una pieza clave, tiene que ser rápido y preciso en las proporciones, el cortado del pan, la cantidad de milanesa y los complementos, sin pasarse ni quedarse corto con el aderezo. El stand se llevó el premio al «sanguchero» mas rápido y la verdad que es un deleite ver armar decenas en pocos minutos.
Decíamos que milanesas y mucho mas, porque en una de las naves de las Sociedad Rural de Tucumán, ubicada en la localidad de Yerba Buena, había artesanos, productos regionales, y varios stand con una exquisita pastelería, donde se destacaban alfajores y chocolates de la mas amplia variedad: en entre ellos podemos destacar el de «Fesa y Chocolate», un alfajor relleno de Ferrero Rocher (con una unidad entera en el centro), que era la locura y los blancos sabor kinder de «Golpe de Sabor» con un chocolate marroc casero muy tentador. En los puestos de venta había tortas de todas las variables imaginables, postres, macarons, mas alfajores y chocolates y copas combinadas. Un manjar!
Tanta delicia pudo desplazar por un día, a la número uno de la cocina tucumana, la empanada, que brilló por su ausencia y era entendible porque fue la milanesa la protagonista del fin de semana, y ante lo dulce un postre que no podía faltar fue la Achilata, es un helado típico del norte argentino, principalmente y con origen en la provincia de Tucumán; nació con la fuerte inmigración italiana que se estableció en la provincia. Y su nombre, deriva de la frase «hay gelata» —o «hay yelata»— que pronunciaban los vendedores callejeros italianos, y la tergiversación de la fonética llevó a que se lo llamara «achilata».
Actualmente, este helado rojizo, se elabora con hielo molido y para llegar a su color se coloca en recipientes, mezclándolo con colorantes (preferentemente jugos de fruta) o granadina y endulzantes, casi siempre con azúcar de caña.
Un cierre espectacular
La última jornada de la Fiesta tuvo dos atractivos especiales. El primero de ellos fue el récord que se registró al armar el sánguche de milanesa más grande del mundo, una verdadera nave espacial del sabor de 5.25 metros de largo por 50 centímetros de ancho que se armó empleando 100 kilogramos de pan y 70 de milanesa condimentada al estilo tucumano. En su elaboración participaron sangucheros de todos los locales participantes y al ser finalizado se cortó y repartió al público.
Como corolario, un jurado especial escogió a las mejores sangucherías del certamen, que además de llevarse el orgullo y el prestigio de sobresalir entre tantos locales, se llevaron premios en efectivo. Así, Sanguchería Tomy, de Delfín Gallo, fue la mejor de la primera edición, y se adjudicó $250.000; La Morocha se quedó con el segundo puesto y ganó $150.000; Sanguchería San Expedito, de Juan Bautista Alberdi, cerró el podio y se llevó $100.000 para seguir creciendo con su local en el sur de la provincia.
“Esto es el resultado de mucho trabajo y dedicación, y espero que sea la primera de muchas, ya que estamos construyendo una marca para que Tucumán crezca”, subrayó el impulsor y organizador, Diego Viruel, quien agradeció el apoyo del Gobierno de la Provincia que “se puso la camiseta desde el principio y sabe que esto significa trabajo y crecimiento para la gente”.
En el marco de la Fiesta, Viruel fue reconocido por su labor en la difusión del manjar tucumano con la entrega de la Marca Tucumán, el sello de distinción que identifica a quienes producen y promocionan el Jardín de la República. “Es un orgullo y la voy a llevar con mucha responsabilidad, porque esto me obliga a trabajar el doble y me encanta, es un desafío que estoy feliz de afrontar”, dijo. Sobre el mensaje final que dejó la Fiesta, el conductor televisivo fue tajante: “esta Fiesta Nacional dejó claro que Tucumán es la capital del sánguche de milanesa, y que una buena milanga no está en un solo lugar, sino que puede comerse en todos los puntos de la provincia; los turistas deben recorrer esa ruta para no perderse de nada”.