«Rock provincial, la efervescencia interior» es una muestra que se inauguró en la Estancia de Jesús María de Córdoba, que aborda la historia de este género musical en las provincias argentinas durante la década del ’80.
Desde el 16 de diciembre de 2022 se puede visitar la muestra Rock provincial, la efervescencia interior en la Estancia de Jesús María – Museo Jesuítico Nacional. Se trata de una exposición ideada, diseñada y producida por el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces que visibiliza la historia de este movimiento musical en Argentina, más allá de su ciudad capital, en el interior del país. Esta propuesta que replica la experiencia realizada anteriormente en Buenos Aires, permite la interacción de los visitantes, quienes pueden realizar sus aportes para ampliar la muestra. «No se trata de una exhibición, sino en verdad es un gran dispositivo para la producción de conocimiento en este sentido. Lo que nos interesa es seguir buscando información, entonces el público puede acceder mediante la aplicación de Rock provincial» señala Gustavo Blázquez, director de la Manzana de las Luces y curador de la muestra.
«La muestra que hoy se está presentando en el museo de Jesús María fue generada en la Manzana de las Luces en sintonía directa con la muestra sobre Rock en la calle en los ‘80 del Museo Histórico Nacional, que por el tipo de muestra y relato que se proponía no ponía foco en el desarrollo del rock en las provincias durante esa época», afirma Blázquez, quien además es antropólogo, investigador del CONICET y autor de varios libros entre ellos Bailaló, Género, raza y erotismo en el cuarteto cordobés (Premio Nacional 2018). «En la Manzana encaramos el análisis del desarrollo del rock en las provincias durante los años ‘80. Eso se basó en mis propias investigaciones, en las investigaciones de personas de mi equipo, y en periodistas culturales como Dirty Ortiz que es de Córdoba y conoce profundamente el tema».
Al profundizar sobre el material en el que se basó el guión de la muestra, Blázquez comenta: «Iniciamos la investigación poniéndonos en contacto con personas, discos, libros, artículos periodísticos. Esto nos permitió armar una hermosa cadena de afectos y saberes que nos llevó a descubrir más y más grupos. Ese trabajo estuvo a cargo de periodistas especializados como Dirty Ortiz y Carlos Rolando e investigadoras de CONICET como María Sol Bruno. La información recopilada y hoy hecha pública por medio de esta muestra incluye bandas, artistas, fotos, producciones y lugares de la movida como bares, garajes, plazas, salones parroquiales, el patio de una escuela donde florecía el rock en las provincias».
El recorrido consta de 30 paneles con la historia del rock en las provincias, un mapa y otras piezas que permiten sumar información de manera colectiva.»Tenemos más de quinientas bandas relevadas, lo que habla de la gran producción en las provincias sobre rock que no alcanzó visibilidad o que no la buscó. No buscó tener visibilidad en Buenos Aires. No buscó resonar, aunque varias de ellas sí alcanzaron a resonar. Algunas bandas tuvieron cierta resonancia en Buenos Aires e incluso grabaron discos. Pero, en general, las discográficas luego no las apoyaban y los discos dormían en bateas personales».
Respecto a las características particulares de la producción musical en el interior del pais, Blázquez aclara: «En gran parte de las provincias los estilos preponderantes fueron el punk rock y el heavy metal. Esas juventudes rompían con el lado más tranquilo del rock y con las tradiciones folklóricas locales. El rock que hacían no buscaba fusionarse con chacareras, zambas o cuecas. Ellos y ellas quebraban esa herencia folclórica que muchos artistas de la escena porteña, con cierto romanticismo, buscaron, y aún buscan, en las provincias».
«La investigación y la exposición dan cuenta de la enorme riqueza de la producción cultural juvenil durante los años ochenta, de ese hambre de vida, de música, de libertad, de expresión, de esa efervescencia interior», define Blázquez. «De esa efervescencia no del interior geográfico sino del interior de los cuerpos, de las subjetividades juveniles que están produciendo música, rock, estéticas, de maneras contraculturales. Esas juventudes luchaban contra poderes eclesiásticos, militares, civiles, conservadores y tradicionalistas fuertemente establecidos en las provincias. Es muy importante destacar la presencia de las mujeres que, al igual que en la escena del puerto, ocuparon una posición subalterna. En la muestra que curé en Manzana de las Luces, la participación de mujeres y disidencias tuvo un lugar destacado Es importante explorar ese lado del rock y su veta machirula».
«Jesús María es la primera estación. Ahí los compañeros le dieron su impronta y montaron una habitación juvenil de los años 80 que se suma a los paneles y al mapa donde se visualiza la enorme producción de las provincias. También hay fichas, de cada una de las bandas que fuimos recopilando. Las personas encuentran información sobre cada uno de los grupos que aparecen nombrados. Pueden saber cuándo estuvo activo, quiénes eran los integrantes, qué tipo de música hacían, si hay grabaciones y otros datos que permiten saber más. Mucho más», concluye Blázquez.
Por su parte, Carlos Ferreyra, director del Museo Jesuìtico Nacional, agrega: «Hemos logrado continuar con una propuesta básica que tengo en mi modelo de gestión, que es hacer actividades disruptivas con los viejos discursos, las viejas gramáticas que tenía ese patrimonio de la humanidad. Un patrimonio jesuítico, patriarcal, muy severo, un patrimonio muy vinculado a la creación de una identidad cordobesa basada en un modelo elitista».
En referencia a la exposición remarca: «En una estancia jesuítica, en un espacio barroco, en la bodega de la estancia donde se producían los vinos, los primeros vinos que hubo en el interior del país allá por el siglo XVII, poder llevar una muestra con la historia del rock nacional en los ochenta. Una época caracterizada, como decimos nosotros los historiadores, por tres periodos: El final de la dictadura y la guerra de Malvinas en principio; la primavera democrática, la primavera cultural alfonsinista a mediados de los ochenta; y la crisis la crisis de ese modelo social demócrata agudizado por las tensiones neoliberales a finales de los ochenta y principios de los noventa. Así que la verdad que el rock en esa época, al igual que en su momento lo hizo el tango en las décadas del veinte y del treinta por ejemplo, describían muy bien lo que le pasaba a determinados sectores de la sociedad».
Además el director reconoce que «tiene un amplísimo sentido federal, y por otro lado es una muestra que sigue en construcción. Es decir, la muestra se va complementando con los aportes que los visitantes van dejando en una maqueta, un dispositivo referencial que hay en el medio de la muestra. O sea que es una muestra que nunca termina, una muestra que sigue acumulando datos, conocimiento, información. Creemos que además es un momento ideal para hacerlo en Jesús María, porque enero, febrero y marzo son tres meses con muchísimas visitas en nuestra estancia jesuítica y esto va a ayudar mucho a seguir construyendo de manera colectiva la historia del rock nacional».
Rock provincial, la efervescencia interior puede visitarse en forma gratuita hasta el 31 de marzo de martes a domingos y feriados de 10 a 18 horas en Pedro de Oñate 246, Posta de Sinsacate, Camino Real 2819, Jesús María, Córdoba.