La festividad contó con reconocidos artistas locales, regionales y provinciales como Lali, Trueno, La K’onga, La Valenti, Amalgama, Duki, Diego Torres, Las Pastillas del Abuelo, Abel Pintos y propuestas para los más chicos. El evento contó con el apoyo del Ministerio de Cultura.
La Fiesta Nacional de la Confluencia, conocida como “el Lollapalooza neuquino”, se desarrolló del 14 al 19 de febrero en la Isla 132 de la ciudad de Neuquén, con una grilla de artistas locales, regionales y provinciales de primer nivel como Lali, Trueno, Nicki Nicole, La K’onga, La Valenti, Amalgama, Duki, Diego Torres, Las Pastillas del Abuelo, Choque Urbano, Bándalos Chinos, Abel Pintos, Wos, entre otros. Y con propuestas lúdicas y musicales para los más chicos en un escenario especial. El evento, que contó con el apoyo del Ministerio de Cultura, a través del programa Festivales Argentinos de la Secretaría de Gestión Cultural, propuso además de los shows, una feria con más de 200 emprendedores y un patio de comidas. Todas las actividades tuvieron entrada libre y gratuita.
Se trata de una fiesta que a través de la música y la cultura rinde homenaje a la historia de la ciudad de Neuquén, a su gente, a su presente y a su futuro. La palabra “confluencia”, que le da nombre a la festividad, remite a la unión de los dos ríos que confluyen en la ciudad, el Limay y el Neuquén. Pero también es un concepto, una idea de cultura vinculada a la identidad neuquina, a la fusión de razas, de credos y costumbres.
Un poco de historia
En esta edición, la Fiesta de la Confluencia cumple sus diez años y es la primera como Fiesta Nacional. Su primera edición fue en 2013 y contó con shows de 15 artistas locales y con la participación especial de León Gieco, la Vela Puerca y los Auténticos Decadentes. Asistieron unas 150.000 personas. Luego, cada año, la fiesta fue creciendo en público y en números artísticos tanto locales como regionales y nacionales. Pasaron por sus escenarios, entre otros artistas y grupos: Los Tekis, Pimpinella, Ciro y los Persas, Babasónicos, Choque Urbano, Peteco Carabajal, Valeria Lynch, Miranda, Turf, Airbag, Kevin Johansen, Los Fabulosos Cadillacs, Luciano Pereyra, Divididos, Tini, Estelares, Damas Gratis y Alejandro Lerner. En 2016, la fiesta fue declarada de carácter provincial, por ser la expresión máxima de las identidades históricas y culturales de la ciudad de Neuquén, por realizarse de manera sostenida en el tiempo y por convocar multitudes año tras año. En 2022 fue declarada Fiesta Nacional por el Congreso de la Nación y comenzó a gestarse esta edición con seis días consecutivos de música y espectáculos.
Además, desde hace algunos años la Fiesta incluye el certamen Pre Confluencia en el que se presentan artistas locales para competir por una participación en los escenarios y por un premio en efectivo. El certamen incluye varias instancias de presentación y selección. Hay varias rondas y en cada caso la puntuación se realiza teniendo en cuenta la performance de los artistas, la composición musical, la voz, la interpretación, la respuesta del público, la afinación instrumental y la originalidad de la propuesta. En esta edición, doce grupos y solistas fueron elegidos para formar parte de la Fiesta Nacional de la Confluencia y se hicieron acreedores de un premio de cien mil pesos cada uno. Mientras que otros ocho finalistas solo obtuvieron la participación en la Fiesta. Los finalistas del Pre Confluencia 2023 fueron: Amalgama (folklore fusión); Andrea Gómez (música de raíz); Área Urbana (hip-hop, trap, rap); Música de Marte (rock progresivo, jazz neosoul, bossa, fusión); Muster (rock – pop); Canta la barda (murga estilo uruguayo); La Brea (cuarteto); Gianella Pavón (R&B- pop); Dub Club Neuquén (reggae-dub); Dual Jazz (pop rock); Lunfardo Trío (rock); La Polita (rock – pop); Walter Cuevas (Canción de Autor); Sittah (funk, disco, soul); Autómata personal (Indie pop); Dany Larzabal (pop-soul); Dara Villar (canción tradicional mexicana); Pex (rock alternativo); Samanta Juncos (folklore) y Rocío Salazar (folklore).
Los artistas locales
Valentina Soria, “La Valenti”, se presentó durante la primera jornada del Festival. «Cuando elegís un camino las ambiciones siempre van aumentando y en un momento decía ‘quiero tocar ahí, quiero tocar ahí, en la Fiesta de la Confluencia, y no sabía cómo hacer. En diciembre vinimos con mi banda a presentar el disco en La Noche de los Museos y en el show sucedió algo re loco, había un montón de gente que estaba ahí, entregadísima a la música. Cuando terminó el show me invitaron a participar del festival», contó la cantante. La artista de 25 años nacida en Córdoba y criada en Neuquén, presentó un show potente, con canciones de diversos géneros y mucho histrionismo. “En mi música tengo muchas influencias: desde Madonna hasta Mercedes Sosa”, había dicho antes de subir al escenario con la alegría de quien cumple un sueño. Esas influencias se vieron en escena.
Amalgama es una banda que fusiona distintos géneros de la música y los lleva al folclore. “Para nosotros fue importante participar del Festival. En primer lugar, para mostrar lo que nos gusta hacer, para seguir sumando experiencia y de esta forma seguir creciendo. Además, este es un escenario nacional que te da llegada para que más gente pueda escucharnos y conocernos”, contó Claudio Gayo, uno de los integrantes del grupo. “La experiencia fue hermosa, compartir camarines y escenarios con artistas reconocidos, tocar en un festival nacional y llevarnos el respeto, los aplausos de la gente fue increíble”, agregó Gayo.
Facundo Juncos abraza la música popular argentina y la latinoamericana desde la adolescencia. Tango, boleros, folclore y algunos ritmos como valses peruanos y chachachá forman parte de su repertorio. “Considero que la música es una sola, y todo lo que salga del corazón es válido”, contó Juncos, que participó del Festival durante las primeras jornadas. “He participado también en ediciones anteriores de este festival, y es importante para mí en primer lugar que nos tengan en cuenta porque este tipo de eventos brinda a los nuevos artistas independientes la posibilidad de llegar a un gran número de personas y, si se hace bien el trabajo, cautivarlas. Para los que venimos hace años trabajando y pisando muchos escenarios es un reconocimiento al trabajo realizado”, explicó el músico.
“Represento el paisaje de Neuquén desde la música, con los colores de la cordillera, el verde de nuestros bosques fueguinos y nuestra estepa”, definió sobre su música Quito Riffo, otro de los representantes locales del folklore latinoamericano que fue parte del Festival. “Para mí fue importante haber podido participar de la Fiesta Nacional de la Confluencia porque es una puerta para que brillemos y demos a conocer nuestro material para otros festivales nacionales”, contó. Al tiempo que destacó que fue emocionante actuar en un escenario con vista al río Limay, con el sonido del río y los pájaros de fondo. “La pasamos muy lindo. Fue un momento único, se sentía la energía de confluir. Antes los músicos teníamos que viajar 1500 o 1700 kilómetros para ir a Cosquín, a Laborde o a Buenos Aires y participar de un festival de esta envergadura. Hoy Neuquén hace que todo el país venga a la Confluencia”.
Los emprendedores
El viento fuerte les impidió ser parte de la primera jornada de la Fiesta Nacional de la Confluencia a los 200 emprendedores de la zona que se habían inscripto para mostrar y vender sus creaciones en los puestos con techos de lona que se dispusieron en el predio. El segundo día llegaron con energía y montaron sus puestos de chocolates artesanales, bolsos y carteras de cuero, manualidades en tela, cuadernos artesanales, bijouterie, muñecos, títeres, ropa, entre otros.
Danna es una dibujante e ilustradora neuquina. Llevó al Festival cuadernos, libretas, recetarios, stickers e imanes con diseños creados por ella. Si bien contó que en general el público prefiere diseños “de michis” o de otras mascotas, también expuso objetos con diseños de comida y alimentos, algunos vinculados al universo, a lo esotérico y otros con personajes inventados por ella. “Para mí el arte es un trabajo y puede ser utilitario así que me puse a diseñar cosas para vender. A la gente le transmiten mucha alegría mis diseños y a mí me hace feliz eso”, contó Danna sobre su trabajo. “En el Festival me encontré con gente de todas partes del país que vino a ver los shows y como me conocían pasaron a saludarme. Hay mucha alegría y mucha buena onda acá”, agregó.
Graciela vive en Neuquén y hace más de cuarenta años que cose muñecos de tela. Antes de dedicarse a hacer muñecos trabajaba de noche en un hospital para no dejar solos a sus hijos durante el día. Dormía poco y un día, Jorge, su marido, le dijo que dejara ese trabajo que la agotaba y se dedicara a hacer “algo con las manos” que seguro le saldría bien. “Decidí dejar y empecé a hacer muñecas. Toda la gente me empezó a decir ‘¿no hace títeres?’ y, como siempre digo, la vida te lleva, y ahí empecé a hacer títeres”, explicó Graciela que en su stand exhibía títeres popup —los clásicos que tienen un palito y emergen de un cono— otros de goma espuma y títeres de guante hechos, justamente, con guantes con un personaje u objeto en cada dedo para contar una historia. Por ejemplo, estaba el del cuento “Caperucita roja” con la abuela, el lobo, Caperucita, el guardabosques y la casa de la abuela; y el de “Los tres chanchitos” con los cerditos, el lobo y una casa.
Graciela cree en Dios y es parte de un coro en una iglesia carismática, un movimiento dentro de la Iglesia católica con comunidades y grupos de oración que se caracteriza por hacer oraciones comunitarias, retiros espirituales y jornadas de sanación. Además, es voluntaria en dos hospitales y con la costura apoya a las mujeres que tienen a sus hijos internados, les enseña a coser muñecos para que puedan tener una salida laboral extra o bien para que puedan despejar la cabeza. Los muñecos que hace en esas clases también los regala. De hecho, allí en el stand, tenía dos pequeños muñecos vestidos de rojo hechos un taller y se regaló a dos jóvenes que se acercaron a charlar con ella.
“Una vez, hace 25 años, hice una muñeca a pedido de un hospital que representaba un parto tenía un dispositivo que hacía que saliera un bebito de tela de la misma forma que sale en un parto real. Hice algunas de esas muñecas y una de ellas fue para UNICEF”, contó Graciela. Para ella, la costura es también una forma de enseñar y es una forma de contribuir en la sanación espiritual de los otros. “Por ejemplo, con el títere hay gente que puede expresarse. Hay niños que no hablan, pero se expresan a través de los títeres, por ejemplo”, dijo y contó que para ella ir al Festival fue una experiencia positiva porque le permitió hablar con otras personas y hacer llegar un poco de buena energía a varios hogares a través de sus muñecos.
El público
“Ella es Luana Sosa y es la fan número uno de Lali”, dijo Paola; Luana, su hija de 16 años, ella y una amiga de la joven llegaron en micro a Neuquén desde Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires, para ver a la artista que se presentó durante la primera jornada del Festival en el escenario principal. A través de uno de los clubes de fans de la cantante averiguaron el hotel en el cual se hospedaría y no dudaron en tomar una habitación ahí ni en montar guardia en el aeropuerto y en la entrada del hotel para intentar ver a Lali en persona y entregarle chocolates y flores con una dedicatoria: “Desde Buenos Aires a Neuquén para conocerte, te amo. Luana” y un usuario de Instagram como post data.
Durante el show de la cantante, Luana y su mamá estuvieron pegadas al escenario, ya que el hotel en el que se hospedaron les brindó una de las pulseras preferenciales del evento. Luana cantó, gritó, se emocionó hasta las lágrimas muy cerca de su ídola. “Para el show de Lali en el Movistar Arena acampamos una semana —contó Paola—y ella sale en el video de la canción ‘Motiveishon’. Hacemos todo lo que podemos para estar cerca de ella. Lali la hace feliz y yo la acompaño en su emoción por eso vinimos hasta acá”.
Sol, amiga de Luana, fue hasta Neuquén para ver a Wos. El músico urbano causó sensación en la tercera fecha del Festival ya que antes de salir a escena aprovechó para recorrer el predio y recibió de parte de una fanática, una de las emprendedoras de los stands, un buzo que el cantante se puso enseguida. Wos también saludó a otros fanáticos que se le acercaron y se tomó el tiempo de grabar mensajes para otros que no estaban allí.
Alina y Natalia fueron a ver a Wos. Llegaron en micro desde Córdoba. “No podemos creer esta oportunidad de verlo en vivo. Nos encanta Wos y apenas nos enteramos de que iba a estar dijimos de venir y acá estamos. Además, vamos a aprovechar para ver al Duki. La fiesta está buenísima”, contaron.
La fiesta en números
Con seis jornadas en la Isla 132, la fiesta de la Confluencia tuvo una grilla de primer nivel con más de 50 artistas locales, regionales y nacionales, con el acompañamiento del programa Festivales Argentinos del Ministerio de Cultura. Entre todos los días, asistieron más de 1.800.000 personas, comunicaron desde la organización. Se trata de un número récord para este evento que se considera el Festival más convocante del país y los números así lo atestiguan. La quinta noche de la Fiesta de la Confluencia fue la más convocante. Alrededor de 370 mil personas pasaron por el predio de la Isla 132 en la noche del trap y vibraron al ritmo de los shows que ofrecieron Duki, Ysy A y Lit Killah.
La gran fiesta neuquina congregó a personas de la región y de todo el territorio argentino, y también de otros países como Chile y Uruguay. De hecho, el 45 % de las personas que visitaron la fiesta fueron turistas. Y de esa cifra, el 70% fue de localidades ubicadas a más de cien kilómetros de la ciudad.