Las ventajas de asistir a este lugar siempre están en la lista de los extranjeros o santacruceños que buscan descansar o salir de la rutina diaria. Desde el contacto con su amplia biodiversidad hasta la vista de sus espectaculares cielos.
En temporada de verano o invierno, el Parque Nacional Patagonia es perfecto. Aunque en otros meses del año también. Es un destino que vale la pena presenciar aún fuera de los momentos de mayor movimiento turístico, y el disfrute es lo mismo.
Después de la pandemia de coronavirus, este sitio se convirtió en uno de los destinos más concurridos de Santa Cruz. Turistas extranjeros y argentinos lo eligen por su imponente belleza y la diversidad de actividades que hay para hacer.
En todo este contexto, dos parejas de Bolivia y una de Las Heras, pasaron y apreciaron los portales que tiene el Parque Nacional Patagonia: Seccional El Saúco y la Reserva Natural Silvestre “La Ascensión”.
Seccional El Sauco
Se dice que cuando llega la jubilación casi todas las obligaciones o responsabilidades desaparecen y hay más tiempo o libertad para realizar actividades. Por lo cual, se hace más fácil viajar. Como es el caso de esta dupla de matrimonios de la ciudad de Cochabamba, Bolivia, compuesta por Marcela y Ronald; Gimena y Hani.
Con el objetivo de llegar a Ushuaia, este cuarteto de bolivianos emprendió viaje hace aproximadamente siete semanas, pero antes decidieron parar y percibir todo lo que tiene para ofrecer el Parque Nacional Patagonia.
“La experiencia es maravillosa, cada curva y lugar nos sorprende con cosas nuevas. No solamente paisaje sino también la naturaleza y animales”, expresó Gimena en dialogó con la Agencia de Medios Audiovisuales de Santa Cruz (AMA).
Por su parte, Hani hizo foco en el ingreso hacía la seccional. “Desde la frontera de Roballos la entrada hasta aquí fue hermosa. Nos gustan los paisajes para frenar y sacar fotos digitales”.
Asimismo, Ronald no se diferenció de su compatriota y valorizó el estado de las rutas argentinas para acceder al destino. “Hay una diferencia abismal entre la ruta chilena y argentina, el camino argentino es mucho mejor porque es más ancho, con menos riesgo y podés andar a más velocidad”.
En cuanto a las diferencias o similitudes del Parque Nacional Patagonia con los lugares turísticos de Bolivia, Marcela dijo. “En Bolivia hay poco presupuesto para proteger a la naturaleza y a los animales se los ve bien lejos. Acá vimos todo muy de cerca”.
Hani es uno de los más experimentados en llevar adelante viajes por distintas partes del mundo, por este motivo se mostró sorprendido y maravillado del espacio natural santacruceño “Este parque se parece a los parques nacionales de Estados Unidos por la señalización, mapas, vistas, miradores y los camping. Tiene una organización, presentación, limpieza y orden, aunque manteniendo siempre la sensación de aventura”.
Por último, Ronald envió una invitación a todos aquellos interesados en conocer esta reliquia patagónica. “Les diría que vengan, es hermoso. Hay demasiada naturaleza, mucho silencio, limpio y con cielos despejados. La hemos pasado super”.
Reserva Natural Silvestre “La Ascensión”
Apenas 247 kilómetros separan la ciudad de Las Heras del portal La Ascensión, algo así como 2 horas de viaje por la ruta provincial n° 43. De ahí, llegaron Juan Carlos y Cristina, una pareja de santacruceños nacidos en la localidad.
A diferencia de los hermanos bolivianos, los de Santa Cruz tenían como destino final al Parque Nacional Patagonia. También con una búsqueda distinta porque ambos son practicantes de trekking. Si bien empezaron hace poco, está era una prueba que querían experimentar.
Por la corta distancia que hay entre Las Heras y La Ascensión pasaron varias veces por el atractivo, sin embargo, el lugar les llamó la atención cuando vieron algunas publicaciones de senderistas en las redes sociales. Por eso, empezaron a entrenarse en algunos cerros de Las Heras o con caminatas hacía el río.
La primera experiencia la tuvieron el año pasado. En esa ocasión, solo realizaron los senderos de menor dificultad porque querían tener conocimiento del terreno.
En esta segunda oportunidad, iniciaron la travesía desde el inicio y pararon en el “Puesto “Amarillo. Ahí almorzaron y siguieron hasta el puesto “El Rincón” (el último refugio de la reserva natural antes de llegar a la Meseta del Lago Buenos Aires), donde hicieron noche. “La noche es tranquila. Por ahí se escucha un poco el viento y el ruido de los animales que pasan por acá, pero es parte de la naturaleza”, resaltó Cristina.
La Meseta del Lago Buenos Aires es el punto final del recorrido y el de dificultad más alta de todo el circuito. Uno de los más buscados por los amantes del trekking.
A esta altura ya habían recorrido alrededor de 14 kilómetros en total y le faltaban 3 más con caminos en subida y bajada.
Una vez conquistado el objetivo, Juan Carlos subrayó. “Se pudo lograr. En las partes más difíciles nos ayudamos y llegar acá, es hermoso. El paisaje es único”.
En cuanto a la señalización de los senderos, Cristina remarcó. “Los senderos están bien marcados, no te pierdes”.
De igual manera, Juan Carlos indicó que vale la pena vivir esta experiencia y la recomendaría a cualquiera que se quiera animar. Pero, también advirtió el grado de dificultad de la misma.