Unas 30 millones de personas están desocupadas y 23 millones habrán salido de la fuerza de trabajo por falta de oportunidades. En 2021 el empleo estará en terapia intensiva y los indicadores podrían empeorar, dice el nuevo informe de la OIT. La contracción del empleo fue particularmente importante en sectores de servicios como hoteles (-17,6%) y comercio (-12,0%).
Durante los últimos 10 meses los mercados de trabajo de América Latina y el Caribe han retrocedido al menos 10 años y la crisis está lejos de terminar, dijo hoy el Director Regional de la Organización Internacional de Turismo (OIT), Vinícius Pinheiro, al presentar una nueva edición del informe anual Panorama Laboral, que en esta ocasión retrata el impacto sin precedentes de la crisis por COVID-19. “Llegamos a 2021 con el empleo en terapia intensiva”, dijo Pinheiro en una rueda de prensa para dar a conocer los principales contenidos del Panorama Laboral 2020 de América Latina y el Caribe, un informe que comenzó a editarse en 1994. “Esta es la crisis más grande que haya registrado este informe en toda su existencia”. Frente a este escenario los países de la región enfrentan ahora el desafío de “sentar las bases para una nueva y mejor normalidad”, lo cual implicará adoptar estrategias para generar más y mejores empleos en la medida que se vaya reactive la producción y vaya disminuyendo la emergencia sanitaria. “Ahora es indispensable lograr crecimiento económico con empleo. El empleo es crucial para reducir la pobreza y enfrentar la amplificación de las desigualdades que está dejando como secuela esta pandemia”, agregó el Director de la OIT para América Latina y el Caribe.
El Panorama Laboral 2020 registra un fuerte aumento en la tasa de desocupación que subiría hasta 2,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, pasando de 8,1% a 10,6%. Esto significaría que el número de personas buscando empleo que no lo pueden conseguir aumenta en 5,4 millones y llega hasta 30,1 millones.
Un escenario de crisis
El informe de la OIT advierte que en un escenario de crisis tan abrupta la tasa de desocupación cuenta solo una parte de la historia. Este año se registró un inédito tránsito hacia la inactividad por parte de personas que desistieron de buscar trabajo ante la falta de oportunidades. La tasa de participación se desplomó en 5,4 puntos porcentuales hasta 57,2% de acuerdo con los datos disponles al cierre del tercer trimestre de 2020.
Más allá de los porcentajes, esto significa que unas 23 millones de personas salieron de la fuerza laboral temporalmente y han perdido sus empleos y sus ingresos. En la medida que las economías se recuperen, su regreso a los mercados de trabajo generará presiones adicionales para los indicadores de desocupación del año próximo.
En 2021 la tasa de desocupación podría volver a subir hasta 11,2%, dijo la OIT, al considerar que influirán también factores como un crecimiento económico moderado en torno a 3,5%, insuficiente para recuperar el terreno perdido en la crisis, y la incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia de COVID-19, incluyendo los temores sobre rebrotes y sobre la eficacia de los procesos de vacunación.
Sectores
La contracción del empleo fue particularmente importante en sectores de servicios como hoteles (-17,6%) y comercio (-12,0%). Por otra parte, también se observa que la crisis sanitaria afectó fuertemente el empleo en la construcción (-13,6%) y la industria (-8,9%). La menor caída de la ocupación se observó en la agricultura (-2,7%).
Pinheiro destacó que para el futuro será importante considerar las lecciones aprendidas de esta pandemia. En primer lugar, que no hay un dilema entre preservar la salud y la actividad económica pues sin salud no hay ni producción ni consumo. La seguridad y salud en el trabajo ahora es un tema clave para la reactivación. En segundo lugar, que el diálogo social es más relevante que nunca pues permite contar con estrategias consensuadas entre gobiernos, empleadores y trabajadores para enfrentar la crisis.
Tema especial: la respuesta de los gobiernos
El panorama Laboral 2020 tiene un tema especial en el que se analizan diversas repercusiones de la crisis de la COVID-19, incluyendo las medidas adoptadas por los gobiernos para proteger los empleos, los ingresos, y el funcionamiento de las empresas en tiempos de emergencia. El informe dice que fue un esfuerzo importante, aún cuando “en algunos casos hubo la sensación de que las ayudas llegaron tarde, o bien que no eran suficientes para cubrir los ingresos perdidos”.
El informe concluye con una reflexión sobre las políticas que podrían contribuir a una recuperación laboral tras la crisis, incluyendo la necesidad de repensar el modelo de inserción económica internacional, de un desarrollo tecnológico con sostenibilidad ambiental, de impulso al emprendimiento y la formalización, y de contar con políticas de empleo que respondan a las nuevas realidades.
“El camino hacia una nueva y mejor normalidad no será fácil, ni será corto”, dijo el Director de OIT para América Latina del Caribe. Pinheiro precisó que “ese es el legado de 2020, el año que vivimos con la COVID-19”.