Pehuajó se mueve con el ritmo apacible que caracteriza a las ciudades alejadas de los grandes centros urbanos. Un municipio de la Provincia de Buenos Aires que invita a recorrer sus atractivas plazas arboladas, edificios emblemáticos, bellezas naturales y pequeños pueblos que parecen de otro tiempo.
El pago hernandiano
Conocido por ser el destino en que habitaba la tortuga Manuelita, según la canción de María Elena Walsh, Pehuajó está ubicado en el noroeste de la provincia de Buenos Aires a 365 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a 409 kilómetros de la capital bonaerense.
Se fundó el 3 de julio de 1883 bajo la gobernación de Dardo Rocha y su nombre proviene del idioma guaraní que significa “estero profundo”. Rocha participó en la Batalla de Pehuajó de 1866, que se libró a orillas del arroyo homónimo en la provincia de Corrientes, parte de la sangrienta y despiadada Guerra de la Triple Alianza que aniquiló al pueblo paraguayo, hecho que lo marcó y por eso, cuando fue gobernador, tomó la decisión de bautizar al municipio bonaerense con la misma palabra.
La presencia de los hermanos José y Rafael Hernández le valió la denominación de “pago hernandiano”. En 1897, Rafael fue presidente del concejo deliberante e impulsó un proyecto para que las calles llevaran nombres de poetas y escritores argentinos. También fue el encargado de diseñar el trazado urbano de la ciudad.
Por su parte, José, autor del “Martín Fierro”, fue una clara inspiración para el desarrollo artístico y cultural de los habitantes. El 10 de noviembre de 1972, al cumplirse cien años de la obra, se colocó en la plaza Dardo Rocha el monumento en honor al gaucho Fierro.
La autora de Manuelita, contó en cierta oportunidad que su única vinculación con Pehuajó es la rima de la letra con «se marchó», sin embargo hay quienes si tienen relación directa, entre otros, el célebre pianista y compositor de tangos, Osmar Maderna, nacido en esa localidad y que inmortalizó piezas musicales como Lluvia de Estrellas y Concierto y en la Luna.
Los visitantes que llegan quedan maravillados con el parque San Martín, localizado en el corazón del pago. Dos pequeños islotes se disponen sobre el lago artificial, atravesado por puentes y rodeado de una intensa vegetación exótica y autóctona.
El predio cuenta con un sector de juegos y un anfiteatro en el que se lleva a cabo el Festival Nacional de Folklore Surero y el Festival Infantil “Manuelita de Pehuajó”, en homenaje a la creadora de la canción.
Los pueblos rurales
Los pueblos rurales próximos a la ciudad cabecera encantan con sus historias, gastronomía y curiosidades.
La pequeña localidad de Nueva Plata se encuentra a dieciséis kilómetros del área urbana y fue fundada en 1888 por Rafael José Hernández como un centro agrícola, dentro de la estancia “El Tata”. El nombre homenajea a la capital provincial y la imaginó, a futuro, con un trazado similar.
Además, se destaca por ser una zona de amplia tradición láctea en la que se puede visitar la fábrica de quesos artesanales de la familia Stachiotti.
El bodegón de El Batería es uno de los atractivos del pueblo donde se puede degustar gastronomía casera con sabor a campo.
Por otra parte, el pueblo de San Bernardo de Guanaco abraza entre sus historias la presentación de Carlos Gardel junto a Francisco Martino durante la Gira del Oeste en 1912.
En este destino, son imperdibles las delicias criollas que ofrece El Toscanito y las experiencias de descanso en la estancia El Porvenir.
Francisco Madero es otro lugar destacado de Pehuajó. Se encuentra a veinte kilómetros de la ciudad cabecera y es reconocido por el cultivo de manzanilla, sus métodos tradicionales de cosecha y la práctica de secado manual. En el mes de marzo se celebra la fiesta en torno a esta hierba de nobles propiedades.
En “Madero” funciona la fábrica Esbeba que pertenece a la familia Pérez y sobresale por la elaboración a la vista de sus productos lácteos de excelente calidad.
Mones Cazón, es otra de las perlitas, sentarse en un banco de su plaza y simplemente admirar la tranquila vida de un pueblo de apenas 2500 habitantes es un placer que merece ser disfrutado.
Rodeando la plaza Bernardino Rivadavia, se ubican edificios como el de la Parroquia San José, inaugurada en 1927 cuyo primer sacerdote estable y que permaneció en la localidad durante muchos años desde 1943 fue el padre Cortejarena, que tradujo el Martín Fierro al idioma vasco. Otro lugar interesante es el edificio del Cine Teatro Español, Monumento Histórico Provincial y Patrimonio Cultural del partido de Pehuajó.
En este distrito bonaerense también se pueden visitar los pueblos de Juan José Paso, Chiclana y Magdala.