Una pareja de guacamayos rojos sacó adelante 3 huevos, que eclosionaron y dieron lugar a los tres primeros pichones silvestres en libertad, algo que no ocurría probablemente hace más de 150 años en nuestro país.
Tras la reintroducción en el Parque Nacional Iberá de más de 15 Guacamayos rojos (Ara chloropterus) durante el último año, y de numerosos intentos fallidos para que procrearan en estado silvestre, finalmente el mes pasado eclosionaron 3 huevos de una pareja primeriza joven y saludable: Nioky y Sopa.
La noticia es muy relevante ya que hace 150 años que se considera extinta la especie en la zona y este nacimiento es un gran paso para su recuperación.
La reintroducción del guacamayo rojo ha contribuido a la recuperación de los bosques nativos de la región ya que al comer frutos y dispersar semillas por el suelo, cumplen con su rol ecológico y ayudan al buen funcionamiento del ecosistema, además, la presencia del ave de rojos plumajes es una gran recuperación cultural para el pueblo correntino y atrae turistas al Parque Nacional Iberá, en donde, poco a poco, multitud de especies amenazadas o prácticamente extintas están volviendo a habitar sus bosques.
Colaboraron de manera conjunta en este proyecto fundación Rewilding Argentina, científicos del CONICET, autoridades de la provincia de Corrientes y personal del Parque Nacional Iberá.
Dentro de los guacamayos, el rojo puede ser uno de los más grandes. Miden entre 73 y 96 centímetros de longitud y pueden pesar hasta 1.7 kilos. Comen frutas, semillas, hojas y flores, y su época de reproducción normalmente es entre octubre y abril aunque puede variar. Durante este periodo es normal verlos en pareja, aunque también se mueven mucho en grandes grupos con hasta 30 ejemplares. Una de sus principales amenazas es el tráfico ilegal de fauna por los llamativos colores de sus plumas.