La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) impulsa junto al Instituto Nacional del Agua (INA) diferentes proyectos que apuntan a mejorar la gestión de los recursos hídricos del país con el apoyo de información satelital. Estas iniciativas involucran la generación de información y el desarrollo de herramientas de valor para el monitoreo y la prevención de inundaciones, la agricultura bajo riego en zonas áridas, la calidad de cuerpos de agua destinados a la potabilización y el seguimiento de otros fenómenos como la bajante del río Paraná.
“Los sensores remotos en general y, en particular, la estimación de la humedad de suelo que proveen los satélites SAOCOM, con su radar en banda L, permiten generar información y productos de interés para diversas áreas relacionadas con los recursos hídricos”, consideró Marcelo Uriburu Quirno, profesional de la Gerencia de Observación de la Tierra de la CONAE. En este sentido, destacó que la agencia espacial nacional desarrolla aplicaciones en conjunto con el INA para brindar apoyo al Sistema de Alerta Hidrológico de la Cuenca del Plata.
“El potencial de la observación de la tierra mediante satélites a la gestión del recurso hídrico y a la hidrología operativa es enorme, por lo que la identificación de nuevas oportunidades así como la profundización de las existentes es una necesidad permanente que involucra a ambas instituciones”, afirmó. En esta nota, Uriburu Quirno se refiere a algunos de los principales proyectos que están en marcha y otros que se comenzarán a desarrollar próximamente.
Crecidas e inundaciones
La Guía de Crecidas es un producto elaborado por la CONAE que brinda información de utilidad para el seguimiento de las condiciones de generación de crecidas en algunas cuencas hidrográficas de interés, elaborado sobre la base de datos de humedad de suelo de los satélites SAOCOM y otros sensores. Esta herramienta permite apoyar el monitoreo de condiciones eventualmente propicias para la generación de crecidas. El INA es el organismo con incumbencia en la emisión de pronósticos hidrológicos en los grandes ríos de la Cuenca del Plata, a la vez que brinda apoyo a la vigilancia local de las provincias.
“La Guía de Crecidas es un indicador de cuánta lluvia debería caer en una cuenca para comenzar a tener una situación de crecida. Es otro elemento de juicio con el que CONAE colabora, aportando información satelital para el sistema de Alerta Hidrológico Cuenca del Plata, un servicio que brinda el INA desde 1983, a partir del cual monitorea, evalúa y pronostica niveles y caudales en los principales ríos de la cuenca”, explicó.
Además, la CONAE monitorea el estatus hídrico mediante productos generados a partir de estimaciones satelitales de precipitación. Este producto, de amplia cobertura espacial, indica cómo están las condiciones actuales de humedad de suelo con respecto a lo observado en los últimos 20 años, y también es utilizado por el INA como otro insumo para el monitoreo de cuencas.
En relación a las inundaciones, recientemente la CONAE también inició un proyecto piloto para las cuencas de los ríos Pilcomayo y Bermejo, en sociedad con el INA y con la Comisión Regional del Río Bermejo (COREBE). La iniciativa, presentada por Uriburu Quirno y Álvaro Soldano, Subgerente de Aplicaciones y Productos en la Gerencia de Observación de la Tierra de la CONAE, se inscribe en el marco de las acciones que lleva adelante el Grupo de Desastres, del Comité de Satélites de Observación de la Tierra (CEOS), en el que CONAE ejerce la vicepresidencia y del que también participan otras agencias espaciales.
Agua potable
A finales de 2021, la CONAE aprobó 10 proyectos de investigación que están utilizando datos de la Constelación SAOCOM de otros sensores satelitales para generar conocimiento en diferentes áreas de interés, con financiamiento del Programa de Desarrollo de Tecnologías Satelitales (PROSAT II) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Uno de estos proyectos se denomina “Desarrollo de sistema geoespacial para el monitoreo de la calidad de cuerpos de agua interiores destinados a potabilización”, y está a cargo del INA.
Este proyecto tiene como objetivo monitorear algunos embalses de la Argentina cuya función, entre otras, es proveer agua apta para ser potabilizada, de uso doméstico. La iniciativa contempla los embalses San Roque, provincia de Córdoba; Salto Grande, Entre Ríos; y los lagos Moreno y Nahuel Huapi, en la Patagonia, entre otros cuerpos de agua.
“La idea es monitorear satelitalmente los cuerpos de agua con SAOCOM, para obtener información complementaria a la que hoy brindan los sensores ópticos, como ayuda a la toma de decisiones y para hacer más eficiente el proceso de potabilización”, dijo Uriburu Quirno. Los satélites también pueden aportar información sobre otras variables que ayudan al entendimiento del fenómeno, como el seguimiento del avance de zonas industriales cercanas a los cuerpos de agua o los vuelcos de efluentes domésticos sin tratamiento, que impactan en la calidad de los recursos hídricos y encarecen el proceso de potabilización.
Zonas áridas
La CONAE pone a disposición la Constelación SAOCOM para generar información que contribuya a la toma de decisiones en regiones áridas del país. En este sentido, en 2022 se desarrolló monitoreo de emergencia en la provincia del San Juan, con el propósito de buscar alternativas que minimicen el impacto de las crisis hídrica que afectaba a esta provincia.
Actualmente se lleva adelante una iniciativa denominada “Propuesta de manejo integral del recurso hídrico en la región árida aplicando nuevas tecnologías: experiencia piloto en la cuenca del río San Juan”. Esta iniciativa es desarrollada en conjunto por la CONAE, el INA, el INTA y la Universidad Nacional de San Juan, y es financiada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), a través de la convocatoria Proyectos Interinstitucionales en Temas Estratégicos (PITES).
“El clima árido de la Región del Cuyo hace que las actividades productivas agrícolas dependan casi exclusivamente del riego para el desarrollo de sus cultivos. El agua de ese riego proviene de la nieve que cae durante el invierno y que se funde en primavera-verano. Luego fluye por los ríos y se almacena en distintos embalses, diseñados con fines de riego o de generación de energía hidroeléctrica”, explicó el profesional de la CONAE.
El radar de los satélites SAOCOM permite monitorear la nieve y estimar su contenido de agua para prever, hacia el final del invierno, qué disponibilidad tendrían las cuencas de la región en la época de fusión, en primavera-verano, cuando los requerimientos de irrigación son mayores.
El aporte de la información espacial es de gran interés porque, si bien existen instrumentos y técnicas que permiten realizar mediciones a campo, los sitios están expuestos a condiciones meteorológicas extremas, y son de acceso difícil, costoso y de riesgo para los operadores. En ese sentido, los satélites aportan a una mejor gestión del agua y un manejo racional donde el recurso hídrico es escaso.
Uno de los trabajos de la CONAE que aportan a este proyecto es desarrollado por Sofía Teverovsky, de la Gerencia de Observación de la Tierra de la CONAE, en el marco de la su tesis doctoral de la Universidad Nacional de Luján, con una beca cofinanciada por CONAE y CONICET.
Apoyo a la gestión de los sistemas fluviales
La CONAE participa de otro proyecto PITES, del MINCyT, denominado “Socio ecosistema fluvial Paraná – Paraguay: estudio argentino en el escenario de cambios globales”, dirigido por Mariana Horlent, Subgerenta de Servicios al Usuario de la CONAE, junto a profesionales del INA, del CONICET y del Instituto Universitario de Seguridad Marítima, de la Prefectura Naval Argentina.
Las cuencas de estos ríos están siendo afectados por una sequía extraordinaria desde hace ya más de dos años, que provocó una fuerte bajante de sus aguas. Este fenómeno fue monitoreado durante 2022 por la CONAE, que aportó información radar de la constelación SAOCOM a los organismos responsables de la gestión de la emergencia, para evaluar los alcances de este fenómeno a corto y mediano plazo.
Según Uriburu Quirno, la bajante también representa una oportunidad para estudiar el cauce de los ríos, con modelos digitales e información satelital. “Una parte troncal del pronóstico hidrológico que realiza el INA en los grandes ríos de la cuenca se basa en interpretar los resultados de modelos hidráulicos, modelos matemáticos que necesitan conocer la forma del cauce para poder operar. Con un río en bajante, quedan expuestas zonas del cauce que habitualmente están cubiertas de agua, lo cual permite medirlas con sensores satélites e inferir la forma actual del cauce”, explicó.
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