En el marco de la problemática de atropellamiento de fauna en el Parque Nacional Iguazú, en Misiones, desde la Administración de Parques Nacionales se desarrollan distintas estrategias para mitigar sus efectos y se trabaja en nuevas medidas para reducir incidentes viales que afecten a la fauna del área protegida.
El presidente de la Administración de Parques Nacionales (APN), Lautaro Erratchú, explicó que «muchos de los atropellamientos que se producen en las áreas protegidas se podrían evitar, ya que una de las causas principales es que los conductores no respetan las velocidades máximas, es por eso que siempre recomendamos circular a baja velocidad, respetando las velocidades máximas y las señalizaciones”.
Entre las estrategias implementadas en el área protegida para favorecer la movilidad de los animales y estudiar sus hábitos y comportamientos, los pasafaunas cumplen un rol esencial para favorecer el libre desplazamiento y aportan a disminuir el riesgo de atropellamientos, junto con la instalación de señalética de velocidades máximas y otras herramientas viales como los reductores de velocidad.
Los pasafaunas pueden implementarse por debajo de la ruta (subviales) o por encima de la misma (ecoductos). Estos últimos son puentes con tierra y vegetación para los animales o pasos aéreos como los que existen en el Parque, utilizados por fauna arborícola como monos, ardillas, tamanduás y comadrejas, entre otros.
Todas las especies que se mueven a través de las copas de los árboles pueden utilizar estos pasafaunas, mucho más simples en términos de construcción, dado que estos animales son hábiles y están acostumbrados a circular por lianas y enredaderas, por lo que una soga o cables son suficientes para permitir su aprovechamiento.
A partir de la experiencia surgida de la investigación y el manejo, el Parque posee actualmente siete pasafaunas aéreos en sus caminos internos, conformados en un principio por estructuras similares a pasarelas y actualmente -en base al conocimiento adquirido- por una simple soga gruesa reciclada, que es utilizada diariamente por monos caí y sus crías. Los últimos instalados en el área se construyeron junto a voluntarios con materiales reciclados, reutilizando cuerdas de escalada -aptas para la intemperie- y tramos de caño de agua de descarte: elementos muy simples que los monos adoptaron rápidamente para cruzar el camino.
Asimismo, la Administración de Parques Nacionales (APN) y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) suscribieron un Convenio Marco de Cooperación para implementar mecanismos operativos para el control de tránsito en rutas y caminos que atraviesan o se encuentran en áreas protegidas.
En este marco, se trabaja en un acta complementaria para elaborar e implementar un plan de instalación de dispositivos automáticos y semiautomáticos para registrar infracciones de tránsito en estas rutas nacionales, con el fin de aplicar las nuevas tecnologías disponibles para fortalecer los operativos de prevención y control en seguridad vial y protección de la fauna autóctona.
Sumado a esto, se trabaja en una propuesta de instalación de herramientas viales para la reducción de atropellamientos e incidentes en rutas, a ser financiada con un presupuesto de más de U$S 121.000.
La iniciativa contempla la colocación de lomos de burro de goma y divisores de calzada en caminos internos, la reposición de bastones rebatibles divisores de calzada y la instalación de cercos conductores a alcantarillas, de indicadores digitales de velocidad y de controles de velocidad con fotomultas.
La importancia de estas estrategias radica principalmente en que, si bien las rutas y caminos dentro de las áreas protegidas facilitan la comunicación, recorrida y accesibilidad a distintos ambientes y sectores dentro de la selva, se transforman a su vez en barreras para muchos animales que no las cruzan o incluso son atropellados. De esta manera, a través de la construcción de pasos seguros para la fauna y la implementación de herramientas para la reducción de la velocidad se procura disminuir el efecto barrera en los Parques y, principalmente, reducir los atropellamientos de fauna.
Velocidades máximas y responsabilidad colectiva
Existen en la selva animales grandes como tapires, yaguaretés, pumas, corzuelas y pecaríes que no sólo pueden ser muertos por el atropellamiento, sino que también pueden dañar gravemente los vehículos o causar accidentes viales de importancia, incluso fatales para el conductor.
La velocidad máxima dentro del Parque Nacional Iguazú es de 60 km/h en la mayoría de los tramos. Luego existen tramos -indicados a través de estaciones de reducción de velocidad que incluyen divisores de calzada, bandas ópticas sonoras, dientes de dragón, lomos de burro y cartelería- en los que la velocidad máxima es de 40 km/h, así como lo es a lo largo de todo el acceso a Cataratas.
Medidas a tener en cuenta para circular en los Parques Nacionales:
Circular a baja velocidad y respetar las señalizaciones.
Extremar las precauciones por la noche.
En zonas con mucha vegetación y poco transitadas, reducir la velocidad y controlar los laterales de la calzada.
Si ve un animal, evitar deslumbrarlo con las luces largas.
Si observa a un animal cruzar el camino, esperar un tiempo antes de reiniciar la marcha, ya que muchas especies se desplazan en grupo y puede venir otro individuo por detrás.