La mujer fue apresada al arribar al país en su último vuelo. Está identificada como la autora del llamado que generó un operativo que demoró la salida del vuelo con destino a Miami y con 270 pasajeros a bordo.
La azafata de Aerolíneas Argentinas detenida como presunta autora de una llamada que alertó sobre la supuesta colocación de una bomba en un vuelo de la compañía del domingo 21, con destino a Miami, cuyo despegue quedó demorado más de 7 horas tras la amenaza, se negó a declarar este martes y fue trasladada nuevamente a Ezeiza.
La mujer llegó poco después de las 11.30 a los Tribunales de Lomas de Zamora para ser indagada por el juez Federico Villena, y tras casi cuatro horas fue llevada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) a su lugar de detención, a la espera de la decisión del juez respecto al pedido de su abogado para que sea liberada, ya que los delitos de los que se la acusa son excarcelables, según indicó la agencia Télam.
No obstante, fuentes judiciales aseguraron a Télam que su situación es «muy comprometida» y que, independientemente de que pueda seguir el proceso en libertad, deberá afrontar varios cargos penales y económicos, debido a los perjuicios ocasionados con su accionar.
Si bien la causa se encuentra «bajo secreto de sumario», las fuentes advirtieron que «hay elementos de prueba suficientes» contra la mujer a quien se acusa de «coacción agravada al piloto» por «referencias a su familia», luego de haber intentado «hacer pasar la amenaza como una interna sindical».
La azafata fue apresada al arribar al país en su último vuelo y está acusada de ser la autora del llamado que recibieron tanto el comandante de a bordo en su teléfono celular personal, como otros integrantes de la empresa.
LA AMENAZA
La llamada puso en alerta a la seguridad del aeropuerto, que implementó un operativo que demoró la salida del vuelo y generó complicaciones a los 270 pasajeros que viajaban en la aeronave.
En relación a la investigación que lleva adelante el juez Villena, fuentes de Aerolíneas indicaron a Télam que los delitos de «intimidación pública y entorpecimiento de los servicios públicos (art. 211 y 194 del Código Penal, respectivamente) son faltas graves, por ende, de comprobarse la acusación y el delito, la empresa sancionará a la persona investigada de forma proporcional a la gravedad del hecho»
El domingo 21 de mayo, el vuelo AR1304 de Aerolíneas debió ser evacuado en su totalidad cuando estaba por partir rumbo a la ciudad estadounidense de Miami, con 270 pasajeros y 12 tripulantes a las 07.35, al recibir, tanto el comandante del vuelo como personal de tierra, una amenaza asociada al vuelo.
Finalmente, tras corroborarse que se trataba de una falsa amenaza, el avión despegó a las 16.50, más de nueve horas después de lo previsto.
De acuerdo con fuentes vinculadas con la investigación, la amenaza consistió en un audio que decía: «Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos».
La voz fue distorsionada, pero los investigadores pudieron establecer, primero que se trataba de una mujer y, luego, determinar el origen de la misma, lo que llevó a la detención de la azafata.
La justicia investiga si la mujer habría mantenido, hasta hace dos meses, una relación sentimental con un tripulante de cabina que se encontraba en el vuelo que debía despegar hacia Miami y habría utilizado la amenaza al comandante y al avión para desviar el verdadero motivo, que sería complicarle la vida a su expareja.
La justicia investiga si la mujer habría mantenido, hasta hace dos meses, una relación sentimental con un tripulante de cabina que se encontraba en el vuelo que debía despegar hacia Miami y habría utilizado la amenaza al comandante y al avión para desviar el verdadero motivo, que sería complicarle la vida a su expareja.
A tal fin, las fuentes indicaron que, para sostener esa línea, también habría mandado mensajes al piloto del vuelo, en el que le advertía que «sabía a qué colegio» iban «sus hijas».
Aerolíneas Argentinas sufrió una pérdida superior al millón de dólares, entre el operativo de evacuación de los pasajeros y lo que implicó la reprogramación de la partida hacia Miami y las demoras ocasionadas.
QUIEN ES LA AZAFATA DANIELA CARBONE
Carbone tiene 47 años, una hija mayor de edad y trabaja en Aerolíneas Argentinas desde hace 25 años. En su perfil de Instagram se define como “comisario de a bordo. Futura Paramédica”. Además, se dice madre de su hija, de Mora, su perra, y de Blanca, su gata.
Desde su cuenta de Facebook se muestra en fotos con su hija y un hombre que habría sido su pareja hace un año.
“En el amor verdadero no hay desamor. Un corazón roto significa demandas rotas, expectativas rotas, esperanzas rotas”, expresaba una de las imágenes que compartió Carbone en su cuenta personal de Facebook en 2015, años antes de ser investigada por el llamado de una amenaza de bomba.