La jornada, que tuvo lugar en el Paseo Portugal, contó con 35 expositores, más de 50 productos, y la representación de 10 distritos y 14 localidades del sudoeste de la Provincia de Buenos Aires.
El día sábado 23 de septiembre, en calle Portugal e/Zeballos y Dorrego, ubicada detrás del Teatro Municipal, se llevó a cabo la 3° edición de la Feria “del productor al plato”, una Feria local con alto impacto regional, y que reunió a pequeños y medianos productores de alimentos y bebidas como eslabón estratégico en la cadena de abastecimiento de la ciudad.
La Subsecretaría de Producción del Municipio de Bahía Blanca, se ha propuesto revalorizar las raíces gastronómicas, recreándolas en el marco de la nueva cocina contemporánea, rescatando la calidad de las materias primas típicamente locales y regionales.
La Feria como un verdadero escenario atractivo en los que se unan la oferta y la demanda; lo que facilita el concepto de producción “kilómetro cero (0)”. Esto permite la interacción directa entre productor y consumidor, el conocimiento de las reacciones de los clientes, la posibilidad de conocer lo que hacen los productores, establecer acuerdos, presentar novedades al público, generar nuevas oportunidades para la actividad comercial y descubrir, en suma, las nuevas tendencias.
«Concebimos a las Ferias de productores como un modo organizativo de un circuito económico donde interactúa quien produce con quien consume. Un aspecto esencial de esta práctica reside en el punto final de la venta, justamente en zonas cercanas a los lugares de elaboración, donde la misma persona que produce ofrece la mercadería» explican desde el Municipio.
De esta manera, la Feria, fue por algunas horas un gran mercado donde se pusieron en juego sentidos de intercambio no sólo económico sino en el fortalecimiento de las identidades a partir del intercambio de aspectos culturales, dando un sentido de celebración, apropiado por quienes se asumen como protagonistas de esta.
También, el circuito que interrelacionan el campo y la ciudad, se convierte en un mapa de sabores repleto de historias, experiencias y la feria como un elemento indispensable para que los pequeños productores, tengan visibilidad y complementariedad económica, a partir de la generación de otro tipo de vinculaciones con nuevos consumidores.