Silvando un chamamé nos recibió junto a uno de los peones de la estancia, que gentilmente ofreció estadía. Un tipo sencillo con la frescura y la prestancia de su juventud, ofreció guiarnos hasta el establo para conocer a quienes considera parte de su familia, sus tres caballos.
Marco Villamil es un ingeniero agrónomo de 28 años, nació en ciudad de Buenos Aires y, lejos de identificarse con el bullicio de las grandes urbes y la cotidianeidad de los porteños decidió cumplir un sueño, conocer la Argentina de punta a punta acompañado de sus caballos: Mora, Wayra y Tordo.
Y así fue que arribó a Corrientes donde el “Haras Tres Jotas” los cobijó con su entorno rodeado de verdes, muy próximo a Laguna Brava, para detener su marcha que más tarde lo llevaría a descubrir otros paisajes naturales de nuestra provincia.
Durante su estadía, el equipo de prensa del Ministerio de Turismo pudo entrevistar a este jinete aventurero, transmitiendo al mismo tiempo el saludo de las autoridades provinciales y agradeciendo la visita a Corrientes, tierra de una exuberante belleza natural y una rica historia. Precisamente, nuestro visitante en cada paso busca andar caminos, conocer historias y personas.
“Miedo es la sensación que surge al visualizar la consecuencia que podría llegar a tener una acción que nunca realizamos”, una de sus frases utilizada al momento de encontrarse paralizado por alguna situación. “No nos quedemos pensando qué puede llegar a pasar, hagamos y veamos qué pasa”, con estas palabras se puede resumir la decisión que lo llevó a renunciar a su puesto de bancario.
“Es un placer estar en la tierra del chamamé y de los esteros del Iberá”, fueron sus primeras expresiones para después anunciar que hasta el momento lleva recorrido 7.300 kilómetros desde exactamente un año (7/9/2020). Para Marcos es un sueño cumplido, ya que antes había realizado cabalgatas más cortas y despertó su interés por conocer el país, deteniéndose cada 30 o 35 kilómetros.
En su trabajo de empleado de un banco se proyectaba un inminente ascenso lo que, sin dudas, deviene en mayores responsabilidades y eso fue lo que aceleró la posibilidad de renunciar para emprender este viaje que demandará poco más de 14 meses.
El concepto de volver a lo primitivo fue lo que lo motivó a esta experiencia, donde vivimos en un mundo tan tecnológico, estar cinco días en la Cordillera de los Andes, soportar vientos de hasta 120 kilómetros en el medio de la nada sólo con sus cabellos, era un poco de eso, de disfrutar a esta Argentina profunda, de caminos de tierra, miradas tranquilas y familias hospitalarias que lo reciban. “Hacemos tanto hincapié en lo malo y yo estoy, hace un año viviendo en carne propia todas las cosas buenas que tenemos como país”, argumentó Villamil.
La recorrida de Marcos se encuentra en su etapa decisiva, pero con muchas historias por conocer, cientos de paisajes por descubrir, personas con quien charlar. En su paso por Corrientes, se lleva gran parte de nuestra cultura, si hasta tararea y acompaña con su silbido un chamamé. Pero al mismo tiempo, nos deja su enseñanza, que los sueños se cumplen, que debemos andar, volver a las bases y proyectarnos para saber hacia dónde vamos.