Es de no creer pero cuando decimos, ahora sí con esto lo superaron todo, aparece una carta mayor que le gana a la anterior. El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli y su subsecretaria, Yanina Martínez, posaron junto a Zulemita Menem, y prometieron poner en valor la Casa de Anillaco, mientras el sector espera respuestas sobre el Turismo Estudiantil, el futuro del INROTUR, y en paralelo transitamos una temporada de invierno que se cae a pedazos, la peor en décadas: sin turismo nacional y muy poco internacional. Humo y circo para tapar una realidad que paraliza a la actividad turística.

De los creadores de «hablé con el presidente de Aerolíneas Argentinas para que los turistas que viajen a Chubut puedan llevar hasta una caja de vino de producción local sin costo», palabras de Daniel Scioli la semana pasada en Puerto Madryn, como un logro de gestión en la apertura del Congreso de Agentes de Viajes, esta semana -sin darnos descanso- llega: «Nuestro compromiso con el Secretario @danielscioli para poner en valor la casa histórica de Anillaco, “La Rosadita” un atractivo turístico inigualable que generará impacto positivo en la provincia de La Rioja», la frase célebre subida al Instagram de la subsecretaria de Turismo, la ahora libertaria, Yanina Martínez.

La falta de gestión y mediocridad nos conduce a esto y da la sensación que ni el gran Enrique Santos Discépolo se animaría a escribir un tango a éste superador Cambalache en el que vivimos. Indudablemente sería un gran desafío. Lo que hay que reconocer es que hay que tener cara para decir que la casa de Anillaco «es un atractivo turístico inigualable», demostrando una vez más la escasa idoneidad de la funcionaria.

Entre lo que dicen y lo que escriben, estamos cerca de una perforación de tímpano y un desprendimiento de retina; es que realmente no se entiende, lean este textual que fue publicado en las redes sociales de Martínez:

«Mantuvimos con @zulemitamenem una emotiva charla en la que hablamos de la potencialidad del turismo para generar bienestar en las comunidades».

«El turismo histórico cultural es un producto turístico maravilloso para que mas turistas visiten los destinos».

«Nuestro compromiso con el Secretario @danielscioli para poner en valor la casa histórica de Anillaco, “La Rosadita” un atractivo turístico inigualable que generará impacto positivo en la provincia de La Rioja».

La pregunta que todos nos hacemos, y luego de darnos un poquito de vergüenza ajena es: si lo escribe Yanina Martínez habría que recomendarle un editor y si lo hace un asesor… amiga!, cámbialo de área; porque poner casa histórica de Anillaco, como si se tratara de la casa de Facundo Quiroga, y sumarle «un atractivo turístico inigualable», es un montón, demasiado exagerado. Aunque pensándolo bien, lo único histórico son las jodas que se mandaban; si cuentan las historias de las faraónicas y pomposas fiestas que se realizaban allí en los noventa, y mas que cultural podría cuadrar en un programa de chimentos, hablando de los invitados y la interminable fila de jet privados. Todo eso mientras la mayoría de los argentinos perdía su empleo, caía la industria nacional, y padecía con hambre las relaciones carnales con Estados Unidos y la entrega del país entero con aquella frase memorable de Dromi: «Nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado». La relación de Menem con los Alsogaray, el abrazo con el infame Isaac Rojas, bueno si quieren saber mas googleen, sobre el que prometió salariazo y revolución productiva y terminó haciendo todo lo contrario, como «los maderos de San Juan, piden pan y no le dan».

No fue un héroe, fue un gobierno plagado de corrupción y miseria, antinacionalista, su slogan fue «Síganme que no los voy a defraudar»; defraudó y traicionó. Bienvenidos de nuevo a los noventa: pizza y champagne y que se salve quien pueda.