Este trabajo se realiza, con el fin de mantener el camino en condiciones de transitabilidad, para que se pueda acceder de manera rápida, con el objetivo de que los guardaparques realicen las tareas de control y vigilancia, para prevenir el furtivismo y los investigadores planifiquen sus campañas.
En esta zona de Misiones, debido al clima la selva crece rápido y avanza sobre los caminos sin mantenimiento, y esta situación de aislamiento favorece a cazadores y recolectores furtivos en lugares claves para la conservación de la zona intangible del área protegida nacional.
Desde el predio del antiguo Camping Ñandú hasta el Destacamento Apepú hay un camino de 30 kilómetros que hoy se utiliza como acceso a esta base de logística operativa para las recorridas en el monte.
«La mayor amenaza para la conservación de la Biodiversidad, es la caza furtiva. La presencia constante de guardaparques en lugares en que habitualmente se han detectado actividades furtivas es fundamental, ya que son zonas donde existen animales endémicos y emblemáticos de nuestra selva , que no se encuentran en otros lugares de Argentina, solamente en el norte de la Provincia de Misiones. En la zona del Destacamento Apepú, no solamente se protege fauna terrestre, sino también una variada fauna ictícola que es considerada de alto valor para la conservación» destacó el Guardaparque Nacional Justo Herrera.