Nuevos hubs portuarios en Santa Catarina y Paraná se suman a un aumento de la capacidad ofrecida por los barcos y la extinción de las exigencias sanitarias que frenaron la actividad en los últimos años. Buenos Aires tendrá presencia protagónica en los itinerarios veraniegos.
Brasil experimenta una recuperación de su actividad turística en todos los niveles, y uno de ellos es el de los cruceros. Durante la temporada 2022-2023, entre 650 mil y 700 mil turistas recorrieron el litoral brasileño en barcos de gran porte, según informó la Asociación Brasileña de Cruceros Marítimos (Clia Brasil). En la temporada previa (2021-2022), los viajeros sumaron apenas 141 mil, número que se explica, en gran parte, por las restricciones sanitarias para la prevención de contagios de Covid-19.
Según Clia Brasil, la última temporada de cruceros fue la mejor de la que se tiene registro en el país. Para el período que va de octubre de 2023 a mayo de 2024, se prevé la incorporación de nuevos barcos, con un aumento del 7% en la oferta de cabinas y más de 800 mil personas embarcadas. Las empresas dominantes en el mercado brasileño son MSC, con siete de las diez embarcaciones activas, y Costa Cruceros.
Santos (San Pablo), Río de Janeiro (Río de Janeiro), Salvador (Bahía) y Maceió (Alagoas) son los puertos más activos de Brasil para cruceros, pero este año se potenciarán las actividades en el sur del país, en los puertos de Itajaí (Santa Catarina) y Paranaguá (Paraná), según indicó la entidad que agrupa a las empresas del sector. Desde Itajaí, los recorridos incluirán a la ciudad de Camboriú -uno de los principales polos turísticos catarinenses del verano para viajeros sudamericanos- y los cruceros saldrán hacia Argentina y Uruguay. Desde Paranaguá, también habrá recorridos por el litoral catarinense y los puertos de Buenos Aires y Punta del Este, un clásico del verano austral.
A comienzos de mayo, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) revocó la exigencia de presentar comprobantes de vacunación o pruebas de Covid-19 negativas para embarcar en cruceros dentro de Brasil, si bien mantuvo la exigencia de aislar a los casos sospechosos que se presenten a bordo. La medida fue aprobada después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciara el fin oficial de la pandemia.
Según datos de la Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo (Embratur), sólo en el primer trimestre de 2023, Brasil recibió 2,3 millones de turistas internacionales. Los viajeros inyectaron en la economía del país el equivalente a 8600 millones de reales (unos USD 1791 millones), flujo que impulsó el comercio, el empleo y los ingresos en las ciudades visitadas.