La primavera, con la alegría en el aire y las plantas en pleno renacer, invita a salir y disfrutar de días interminables con juegos, mates al sol, descanso y atardeceres mágicos en las reservas naturales de la provincia de Buenos Aires.
Belleza ribereña
A menos de cuarenta minutos de La Plata, por la Ruta Provincial 11, se encuentra la reserva natural El Destino- @reservaeldestino- que preserva los ecosistemas más representativos de la región ribereña bonaerense.
El predio de la fundación “Elsa Shaw de Pearson” se ubica del Parque Costero del Sur -declarado Reserva de Biósfera por la UNESCO- y se extiende entre los distritos de Magdalena y Punta Indio.
El ambiente original está conformado por playas, pajonales inundables, pastizales y el bosque nativo de tala, el encargado de mantener la biodiversidad de fauna y flora. Esta especie está vinculada con otro tipo de plantas y arbustos: sombra de toro, molle, sauco, ombú y coronillo, cuyo fruto es el alimento elegido por la oruga que luego se transformará en la deslumbrante Mariposa Bandera Argentina. Su vuelo lento y ondulante se puede observar desde enero hasta abril.
Quienes visiten el lugar podrán observar diferentes especies de animales como gato montés, vizcacha, mulitas, peludos, zorrinos, hurones, zorros, carpinchos, escuerzos y ranas. Personas aficionadas al avistaje de aves se encontrarán con cardenales de copete colorado, palomas yerutí, torcazas, pirinchos, chincheros, leñateros, naranjeros, zorzales, garzas, y Martín pescadores.
El Destino es ideal para disfrutar de la naturaleza ya que a través de los senderos, de la cartelería informativa y de la señalética, los recorridos autoguiados permiten experimentar la vida silvestre ribereña.
El lugar conserva, además, construcciones originales del siglo pasado: una casa museo de estilo moderno con influencias de la Escuela Bauhaus, edificada por el arquitecto Enrique Martínez Castro en 1929; y el Museo Campero con el sello típico de la Nueva Inglaterra.
Paz en plena ciudad
A tan solo una hora de Capital Federal existe un oasis de calma, vegetación exuberante y fauna autóctona: la Reserva Natural Urbana de Morón ubicada en el corazón de Castelar.
Se trata de un espacio de catorce hectáreas que se creó en 2012 con más de un objetivo: mitigar las inundaciones y la erosión de los suelos, absorber los gases de efecto invernadero y concientizar sobre la importancia del cuidado medioambiental a través de caminatas de sensibilización, talleres educativos, circuitos autoguiados, avistaje de aves y visitas guiadas.
“Tenemos un sector que pertenece al ambiente de pastizal pampeano que conforma un relicto con características originarias de la región y alberga una gran biodiversidad», afirmó Leonela Aranguren, guardaparque de la reserva.
En un jardín silvestre cultivan especies nativas como aljaba, bandera española, chilca del monte, cola de caballo, dama del monte, flor de santa lucía, helecho, jazmín del paraguay, jazmín de la selva y lantana amarilla.
Ombúes, acacias negras, molles, chañares, algarrobos, araucarias, espinillos, laureles, robles, coronillos y timboes completan el paisaje junto a aves como el chingolo, el hornero, el carpintero, el picaflor común, la calandria grande, el pirincho y el benteveo común. Allí también habitan comadrejas, liebres, cuises, lagartos overos y culebras.
Los y las visitantes que caminan por los senderos destacan la intensa arboleda, el silencio y la paz que sienten en la reserva. “La eligen porque es un pulmón verde en medio de la ciudad y tiene características muy distintas a una plaza. En verano vienen al bosque para buscar refugio, sombra y temperaturas más frescas”, señaló.
Es el entorno natural perfecto para tomar unos mates o disfrutar de un almuerzo en las mesas y sillas que dispone el predio. Está abierta de miércoles a domingo, y feriados de 09:30 a 17:00, en otoño e invierno; y de 09:00 a 18:30, en primavera-verano.
Dos propuestas imperdibles en conexión profunda con la naturaleza de la Provincia muy cerca de las grandes urbes.
Crédito fotos:
El Destino: CG Fotografía