El turismo internacional sigue dando muestras de una fuerte y constante recuperación tras el impacto de la pandemia, a pesar de los importantes y crecientes retos económicos y geopolíticos.
Según el último Barómetro del Turismo Mundial de la OMT, el turismo internacional experimentó un fuerte repunte en los cinco primeros meses de 2022, con casi 250 millones de llegadas internacionales registradas. Esta cifra, en comparación con los 77 millones de llegadas registradas entre enero y mayo de 2021, significa que el sector ha recuperado casi la mitad (46%) del nivel anterior a la pandemia de 2019.
«La recuperación del turismo se ha acelerado en muchas partes del mundo, sorteando los retos que se interponen en su camino», dijo el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, quien aconseja, al mismo tiempo, cautela ante los «vientos económicos en contra y los desafíos geopolíticos que podrían afectar al sector en lo que queda de 2022 y después».
Europa y América lideran la recuperación
Europa multiplicó por más de cuatro las llegadas internacionales con respecto a los cinco primeros meses de 2021 (+350%), impulsada por la fuerte demanda intrarregional y la eliminación de todas las restricciones de viaje en un número creciente de países. La región experimentó unos resultados especialmente sólidos en abril (+458%), como reflejo de un periodo de Semana Santa muy concurrido. En las Américas, las llegadas se duplicaron con creces (+112%). Sin embargo, el fuerte repunte se mide con los débiles resultados de 2021 y las llegadas se mantienen en general un 36% y un 40% por debajo de los niveles de 2019 respectivamente.
El mismo patrón se observa en otras regiones. A pesar del fuerte crecimiento en Oriente Medio (+157%) y África (+156%), las cifras siguen siendo un 54% y un 50% inferiores a las de 2019, respectivamente, y en el caso de Asia y el Pacífico, aunque casi duplica las llegadas (+94%), las cifras son un 90% inferiores a las de 2019, ya que algunas fronteras siguen cerradas a los viajes no esenciales. Aquí, la reciente flexibilización de las restricciones puede verse en la mejora de los resultados de abril y mayo.
En cuanto a las subregiones, varias han recuperado entre el 70% y el 80% de sus niveles anteriores a la pandemia, encabezadas por el Caribe y América Central, seguidas por la Europa Mediterránea Meridional y la Europa Occidental y Septentrional. Cabe destacar que algunos destinos superaron los niveles de 2019, como las Islas Vírgenes de los EE.UU., Sint Maarten, la República de Moldova, Albania, Honduras y Puerto Rico.
El gasto turístico también aumenta
El aumento del gasto turístico de los principales mercados emisores es coherente con la recuperación observada. El gasto internacional de los turistas de Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos se sitúa ahora entre el 70% y el 85% de los niveles anteriores a la pandemia, mientras que el gasto de la India, Arabia Saudita y Qatar ya ha superado los niveles de 2019.
En cuanto a los ingresos por turismo internacional obtenidos en los destinos, un número creciente de países –República de Moldova, Serbia, Seychelles, Rumanía, Macedonia del Norte, Santa Lucía, Bosnia y Herzegovina, Albania, Pakistán, Sudán, Türkiye, Bangladesh, El Salvador, México, Croacia y Portugal– han recuperado plenamente sus niveles prepandémicos.
Desafiando los crecientes desafíos
Se espera que la fuerte demanda durante la temporada de verano del hemisferio Norte consolide estos resultados positivos, sobre todo a medida que más destinos suavicen o levanten las restricciones de viaje. A 22 de julio, 62 destinos (de los cuales 39 en Europa) no tenían restricciones relacionadas con la COVID-19 y un número creciente de destinos en Asia han empezado a suavizar las suyas.
Según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la reducción global de la capacidad aérea internacional en 2022 se limitará a un 20% o 25% de los asientos ofrecidos por las compañías aéreas con respecto a 2019. La resiliencia del sector también se refleja en las tasas de ocupación hotelera. Según los datos de la empresa de referencia del sector, STR, las tasas de ocupación global subieron al 66% en junio de 2022, desde el 43% de enero.
Sin embargo, una demanda más fuerte de lo esperado ha creado importantes retos operativos y de mano de obra, mientras que la guerra en Ucrania, el aumento de la inflación y los tipos de interés, así como los temores a una desaceleración económica, siguen suponiendo un riesgo para la recuperación. El Fondo Monetario Internacional apunta a una ralentización económica mundial del 6,1% de 2021 al 3,2% en 2022 y luego al 2,9% en 2023. Al mismo tiempo, la OMT sigue colaborando estrechamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para vigilar la pandemia, así como las emergencias de salud pública que puedan surgir y su posible impacto en los viajes.
Escenarios regionales para 2022
Los escenarios prospectivos de la OMT publicados en mayo de 2022 apuntan a que las llegadas internacionales alcanzarán entre el 55% y el 70% de los niveles anteriores a la pandemia en 2022. Los resultados dependen de la evolución de las circunstancias, sobre todo de los cambios en las restricciones a los viajes, la inflación actual, incluidos los altos precios de la energía, y las condiciones económicas generales, la evolución de la guerra en Ucrania, así como la situación sanitaria relacionada con la pandemia. Otros problemas más recientes, como la escasez de personal, la grave congestión de los aeropuertos y los retrasos y cancelaciones de vuelos, también podrían afectar a las cifras del turismo internacional.
Los escenarios por regiones muestran que Europa y las Américas registran los mejores resultados turísticos en 2022, mientras que se espera que la región de Asia y el Pacífico se quede atrás debido a unas políticas de viaje más restrictivas. Las llegadas de turistas internacionales en Europa podrían ascender en 2022 al 65% o al 80% de las registradas en 2019, dependiendo de diversas condiciones, mientras que en las Américas podrían estar entre el 63% y el 76% de esos niveles.
En África y Oriente Medio las llegadas podrían alcanzar entre el 50% y el 70% de los niveles anteriores a la pandemia, mientras que en Asia y el Pacífico se mantendrían en el 30% de los niveles de 2019 en el mejor de los casos, debido a unas políticas y restricciones más estrictas.