Se espera que los turistas internacionales gasten un récord de 800 mil millones de euros (869 mil millones de dólares) en Europa este año, según un informe de la Comisión Europea de Turismo.
Esto representa un impresionante aumento del 37 por ciento desde los niveles previos a la pandemia de 583 mil millones de euros (633 mil millones de dólares), según datos de las Naciones Unidas sobre Turismo citados por la publicación.
«Por ahora, podemos ver que los destinos del sur de Europa y del Mediterráneo siguen siendo los favoritos de los viajeros en Europa», dijo Eduardo Santander, CEO de la Comisión Europea de Turismo, a Bloomberg.
Los turistas aprecian el clima más cálido en estas áreas y las opciones a veces más económicas, agregó Santander. Grecia, por ejemplo, sigue siendo un destino muy popular. Lugares del sur como Croacia y Malta han visto un aumento en los turistas extranjeros, con números que han subido un 7.6 por ciento y un 37 por ciento, respectivamente, en comparación con 2019. Albania, por su parte, ha visto aumentar la proporción de turistas que pernoctan en un 86 por ciento en comparación con 2019.
En general, el 72 por ciento del gasto de los turistas ha ocurrido en Europa Occidental, según el informe. La mayoría de estos turistas llegan al continente desde América. Sin embargo, algunos viajeros están interesados en evitar las ciudades vacacionales habituales, donde el turismo excesivo puede ser rampante. Como resultado, muchos visitantes se dirigen a los países del norte de Europa: las pernoctaciones internacionales han aumentado un 38 por ciento en Dinamarca, un 18 por ciento en Noruega y un 9 por ciento en Suecia, en comparación con 2019, según reprodujo Caribbean News Digital.
Otros están planificando sus viajes en función de un tipo de cambio favorable. Las llegadas de turistas internacionales han aumentado un 22 por ciento en Turquía y un 29 por ciento en Bulgaria, en comparación con los números de 2019. En Serbia, esas llegadas han aumentado un 40 por ciento en comparación con antes de la pandemia.
Aunque los casi 900 mil millones de dólares que se añaden a la economía europea son sin duda un beneficio, algunos países no están tan contentos con la llegada de todas estas personas adicionales. Varios lugares han implementado políticas anti-turismo, como prohibiciones de nuevos hoteles y tarifas para excursionistas. Los locales han comenzado a protestar contra el turismo excesivo, incluso rociando a los visitantes con pistolas de agua para hacerles entender su punto.
Sin embargo, estas acciones no parecen haber disuadido a los viajeros por el momento. Siguen dirigiéndose a Europa y llevando su dinero con ellos.