Tours con lenguaje de señas, rampas para sillas de ruedas, etiquetas de vinos en braille y “la Semana de la Inclusión de Personas con Discapacidad” son algunas de las iniciativas para hacer más accesible al Turismo del Vino, que generó el Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) durante 2020. Paz Austin, Directora General, nos cuenta el inicio y la importancia de este gran proyecto.
El Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) se define como “la voz de la industria ante diferentes audiencias, incluyendo el sector gubernamental, público y organizaciones privadas”. Sus objetivos desde un principio son “fomentar el crecimiento y desarrollo del sector vitivinícola, la industrialización de los cultivos de uva y la comercialización y promoción de los productos obtenidos de ellos” . Y en 2020 con la llegada de la pandemia, en plena adaptación a lo desconocido, surgió una nueva meta para el CMV: generar conciencia sobre la discapacidad en el mundo vitivinícola. De esta manera, le abrieron la puerta al EnoTurismo Inclusivo.
“Como Consejo Mexicano Vitivinícola, siempre tuvimos muchas capacitaciones y actividades presenciales. Y cuando empezó la pandemia decidimos hacer una serie de acciones a las que denominamos ‘La Hora del CMV’. Todos los jueves a través de Facebook Live, invitábamos un experto en el tema” , cuenta Paz Austin, Directora General del CMV. Fue así que se enteró de que había varias asociaciones que se dedicaban a integrar personas con discapacidad en el ámbito laboral y fundaciones llevando a cabo acciones relacionadas al turismo. “Descubrimos que realizaban un análisis para ver si un hotel, restaurante o museo contaban con rampas y puertas anchas para sillas de ruedas o si tenían el sistema braille… entonces nos preguntamos: ‘¿por qué no hacer esos análisis dentro de nuestras bodegas a ver si son aptas o no para el EnoTurismo Inclusivo?’ ”, señala la experta.
Austin indica que comenzaron a desarrollar acciones asesorados por la Asociación Libre Acceso. Una de ellas fue “la Semana de la Inclusión de personas con discapacidad” en la Industria Vitivinícola, que se celebra en diciembre y se realizan diferentes actividades inclusivas en las bodegas asociadas al CMV.
-¿Recibieron capacitaciones para poder adaptarse fácilmente y ofrecer un servicio de calidad? – Por supuesto. Tuvimos capacitaciones diarias, por ejemplo para recibir a familias que tienen algún integrante con autismo.
Capacitaciones al personal de servicio y de bodega. Tenemos que saber los protocolos de cómo atenderlo. También trabajan personas con autismo en algunas bodegas. El tema del campo es muy amigable para ellas. El contacto con la naturaleza las ayuda a desarrollarse.
-¿Las bodegas del Consejo se comprometieron a recibir turistas y a tomar empleados con discapacidad? -Así es. Va a ser de manera gradual pero ya empezamos y es una campaña constante que tenemos en el Consejo. Se nos reconoce por ser una industria basada en la sustentabilidad y en las buenas prácticas, y ésta es una muy buena que suma a mucha más gente a que se acerque a nuestros productos. El lenguaje de señas mexicano también está dentro de las propuestas que ofrecen algunas bodegas en Tours presenciales y virtuales.
-¿Cuántas son las bodegas asociadas al CMV? – Actualmente en el Consejo somos 65 empresas, pero estamos muy abiertos. La verdad que queremos que más allá de las bodegas que estén en el Consejo Mexicano esto sea más representativo de la industria. La idea es contagiar de buenas prácticas a las demás bodegas. Y por suerte estamos viendo que cada vez hay más que no necesariamente están en el Consejo que se han sumado a la iniciativa.
-¿Y cómo tienen pensado promover estas acciones a lo largo del año que comienza? -Es parte de nuestra Agenda. Estamos acercándonos a más asociaciones y las mismas bodegas nos envian la información de las actividades para que comuniquemos. Además vamos a continuar con las adecuaciones arquitectónicas y capacitaciones. Muchas bodegas asociadas al CMV permiten el ingreso de perros de asistencia.
-¿Cómo está el enoturismo en México? – El enoturismo es una gran tendencia. En los últimos años ha crecido muchísimo. Claro que hubo un golpe muy fuerte en 2020 por la pandemia. Estamos hablando de 990 millones de pesos durante la época de vendimias, un 100%, porque nos cerraron justo para Semana Santa. Pero bueno, la recuperación económica ha sido difícil y ya a un año de que empezó la pandemia estamos concentrados en recibir -con los protocolos correspondientes- a los turistas que buscan espacios al aire libre. Nos hemos estando preparando un año entero para ofrecer lo mejor.
La Organización Mundial del EnoTurismo, alineada con los ODS de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, apoya este tipo de iniciativas para que el apasionante Turismo del Vino esté al alcance de todos. Pablo Singerman, Director Regional para Latinoamérica de OMET hace extensivo el deseo de que “el resto de las bodegas de América Latina sigan el ejemplo de los colegas mexicanos”.
Por Paula Labonia / Fotos: PS, Freepik y Gentileza CMV.