El nuevo fragmento fue encontrado a principios de agosto por el pescador Jorge López, favorecido por la bajante histórica que experimenta el río Paraná.
Los restos de una cadena de más de un metro de longitud que formaba parte de las que cortaron el río Paraná para impedir el paso de la flota anglofrancesa en la Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845 se entregan a las autoridades de la localidad de San Pedro, luego de que la pronunciada bajante permitiera su remoción, explicó a Télam el arqueólogo Mariano Ramos, a cargo de las investigaciones.
El nuevo fragmento fue encontrado a principios de agosto por el pescador Jorge López, favorecido por la bajante histórica que experimenta el río Paraná, y fue analizado científicamente como parte de la Investigación Interdisciplinaria acerca de la Batalla de la Vuelta de Obligado que lleva 20 años trabajando en el sitio, bajo la coordinación de Ramos.
De más de un metro de longitud, “no sólo es el segmento de cadena más largo encontrado, sino el primero hallado ‘in situ’, es decir en el lugar indicado de los varios que se han atribuido a la Batalla de la Vuelta de Obligado, explicó el arqueólogo a Télam.
Ramos precisó que la cadena fue encontrada “semienterrada en la margen derecha del río Paraná, entre la ubicación de la 3ra y 4ta batería de cañones de la batalla”.
«El sistema, que se monta entre agosto y noviembre de 1845, es muy complejo”, dijo explicó.
“Son tres líneas de cadena montadas en 24 barcazas. En los extremos estaban tomados de mogotes y con otros tiros. Cada línea de cadenas, estaban tomadas por diferentes tiros”, explicó.
El director del Programa de Arqueología Histórica de la Universidad Nacional de Luján indicó las tres razones por las que este hallazgo reviste una importancia mayor a los anteriores: “el lugar donde se hallaron; la tecnología utilizada y el material de las cadenas”.
Sobre la primera de las razones, el arqueólogo reiteró la importancia del hallazgo “in situ” que coincide con un registro de 2016 en las que su equipo, por medio de un sonar, contabilizaron “unas 16 anomalías (objetos, restos de barcos, etc), en el fondo del río, en el lugar donde se considera que tuvo lugar la gesta de 1845”.
En cuanto a “la tecnología utilizada en la confección de las cadenas y en el material utilizado”, señaló que tras “un análisis visual y de laboratorio, llevado a cabo por el grupo de arqueo metalurgia de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, liderado por el ingeniero Horacio De Rosa”, se corroboró que tanto la materia prima como la tecnología utilizada corresponden a las primeras décadas del siglo XIX”.
“En esa época, los eslabones se hacían por forjado, no por fundición, ni soldaduras como se utilizará más adelante”, explicó.
Sobre el material, Ramos indicó que “es básicamente hierro mezclado con escoria que se dispone dentro la estructura de la cadena. Es un hierro más impuro que hace que uno a simple vista lo vea como filamentos alargados con otra sustancia”.
Estas tres razones “nos están diciendo que, efectivamente, son cadenas de principios del siglo XIX y que se hallaron en el preciso lugar de la contienda bélica», concluyó el director del equipo conformado por unos 30 investigadores, entre arquéologos, antropólogos, historiadores, ingenieros, pertenecientes a la Universidades Nacionales de Luján, Rosario, Buenos Aires y del Conicet, como así también estudiantes y voluntarios que se sumaron al proyecto.
En medio de las restricciones en el contexto de la pandemia, el equipo organizó varios viajes para trabajar siempre alertas a las bajantes y crecidas del río y en grupos reducidos de no más de cuatro personas de acuerdo a las medidas sanitarias vigentes ante la pandemia de coronavirus.
“Entre ayer y hoy hubo una bajante grande del río, llegando a tener unos 3 o 4 centímetros, y el equipo trabajó toda la noche contra reloj para aprovechar las horas de descenso más pronunciadas”, contó Ramos.
Esta tarde el equipo de arqueología, en un encuentro que tuvo lugar en la playa donde se encontraron las cadenas y que contó con la presencia del intendente de San Pedro, Cecilio Salazar; la directora de Cultura de San Pedro, María José Morá; la secretaria de Turismo, Marcela Cuñer y el subdelegado de Vuelta de Obligado, Hugo Borda, se hizo entrega formal de la línea de cadenas que se van a poner a resguardo en el Museo Histórico de Vuelta de Obligado para que la pueda observar la población que lo visite.
Se conoce como combate de la Vuelta de Obligado a la batalla terrestre y naval librada entre la Confederación Argentina y una alianza anglofrancesa, que se conmemora cada 20 de noviembre como «Día de la Soberanía Nacional» y de la cual este año se celebra su 175 aniversario.
El origen de este enfrentamiento, hay que buscarlo en la decisión del gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas de prohibir la libre navegación de los ríos interiores a todo país extranjero, lo que generó inmediata reacción de las potencias europeas.
Tras el fracaso de la vía diplomática, «una flota anglofrancesa compuesta por 11 barcos de guerra y 100 barcos mercantes» ingresó al Paraná y fue interceptada por las tropas confederadas, al mando del comandante Lucio Mansilla, a la altura de la Vuelta de Obligado, a 18 kilómetros de San Pedro.
Fuente: Télam