España ha adoptado una batería de medidas dirigidas a frenar el aumento de los contagios por covid-19, ligados fundamentalmente a celebraciones familiares, fiestas particulares y al ocio nocturno. Se trata de contener y reducir la expansión del virus en el actual “escenario de control” de la epidemia en el que se encuentra el país, según ha explicado el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
En todo el territorio español, cerrarán las discotecas y salas de baile, mientras que bares y restaurantes podrán estar abiertos hasta las 1.00 a.m. como máximo, y desde las 00.00 horas no podrán admitir nuevos clientes. En estos establecimientos las mesas deberán estar separadas entre sí un mínimo de 1,5 metros y se restringe a un máximo de 10 las personas que pueden sentarse en cada una de ellas. La misma distancia de seguridad deberá mantenerse en la barra.
Se prohíbe además fumar en la vía pública o en espacios al aire libre cuando no se pueda mantener una distancia mínima de dos metros.
Estas medidas se han acordado por unanimidad este viernes entre el Gobierno español y las Comunidades Autónomas y son de obligado cumplimiento en todo el territorio. Según ha explicado en rueda de prensa el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el objetivo de estas nuevas medidas es “estabilizar” el número de nuevos contagios y “bajarlos”, si bien ha recordado que España vive hoy una situación muy distinta a la de marzo o abril, como reflejan los datos que muestran la presión en los hospitales. A fecha de 13 de agosto, las personas ingresadas en UCI por COVID19 en toda España ascendían a 51.
A ellas se unen otra serie de recomendaciones, como la de pedir a la ciudadanía que limite sus contactos al máximo, preferentemente con las mismas personas, y evitando los encuentros de más de 10 personas. También se insta a las autoridades competentes a sancionar a aquellos ciudadanos que incumplan la prohibición de consumir bebidas alcohólicas en la vía pública.
Otras medidas decididas este viernes tienen que ver con las residencias de mayores, donde se restringen las visitas a una persona por residente y limitadas a una hora de duración, entre otras prevenciones.