En el 90° aniversario de uno de los grandes artistas visuales de nuestro país, lo celebramos con un repaso de su vida y obra.

«Hacer arte es como hacer el amor, es lo mismo, ¿no? Está bien, no todos son orgasmos; está la angustia de no poder concretar lo que se hace, pero bueno: son aprendizajes», expresaba Juan Carlos Distéfano con cierto desparpajo, su sinceridad habitual y la transparencia de siempre, todas cualidades que caracterizan al gran escultor argentino.

Entre sus hitos profesionales de los últimos años se cuentan que obtuvo el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes 2015 y que fue el artista seleccionado para representar al país en la Bienal de Venecia realizada ese mismo año; siendo curadora del Pabellón Argentino María Teresa Constantin. En 2018, recibió el Premio Nacional a la Trayectoria Artística, otorgado por Cultura de la Nación. Además, otro suceso reciente fue la exhibición de 2022 «Juan Carlos Distéfano. La memoria residual» concretada entre mayo y agosto en el Museo Nacional de Bellas Artes; cuya curaduría estuvo a cargo de María Teresa Constantin. Ambos artistas replicaron allí, de algún modo, la experiencia conjunta de trabajo que dio por resultado la notable participación del escultor -por parte de Argentina- en aquella Bienal europea.

En la apertura general de su muestra en el MNBA Distéfano explicó las motivos que lo llevaron a elegir la escultura como medio de expresión artística. “Traté de ser pintor, pero cuando uno pasa a la tercera dimensión y toma la arcilla, nunca más se puede dejar por el placer que genera tocarla. Es extraordinaria, es maleable, es realmente tocar carne, y hago lo que se puede con eso”, había declarado.

También en esa oportunidad el artista se refirió al vínculo de su producción con la historia política, cultural y social del país, dijo: “Vivo en la Argentina y añoro la Argentina cuando estoy afuera. Es un sentir, es un vivir acá. Hay muchas formas de hacerlo. Creo en esa forma de trabajar”. “No tengo ideas, tengo imágenes, que es lo primero que sale. Y sobre todo estoy muy atento al error, si hay algo bueno en él, se abre un camino inimaginado, aparece la aventura, y esa aventura es lo mejor que hay en cada uno de mis trabajos. La idea es traicionera; creo en la imagen”, contó el creador.

Por otro lado, el titular del MNBA, Andrés Duprat, con motivo de la muestra, subrayó: «‘La memoria residual’ traza un relato de los vínculos que Distéfano sostuvo con la historia del arte nacional y universal, especial y paradójicamente con la pintura, a pesar de ser, sobre todo, escultor. Las obras exhibidas testimonian las fuentes del pasado donde ha ido a buscar géneros y temas para concretar su imaginario visual, para dislocar ese tiempo anterior con otras formas, otros materiales y un catálogo de personajes, de figuras humanas, que complejizan la lectura de la producción artística occidental».

«Distéfano emprende aquí una interpretación personal de esa historia, construida a partir de un repertorio pictórico europeo y argentino en el que encontramos referencias y citas a piezas de Lino Enea Spilimbergo, Matthias Grunewald, Ramon Gómez Cornet, Luca Signorelli, el Greco y Enrique Policastro, entre otros artistas. En efecto, hay en sus trabajos evidentes puntos de encuentro con la tradición pero también innumerables desvíos en sus modos de hacer y en ellos reside, finalmente, la fuerza y originalidad de sus obras, su efecto de monumentalidad», comentaba Duprat.

Pintor, diseñador gráfico, dibujante y escultor, nacido en Villa Celina, provincia de Buenos Aires, el 29 de agosto de 1933. Tras formarse en diseño gráfico, en 1952, inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, donde tuvo profesores como Alfredo Gramajo Gutiérrez, Aurelio Macchi y Onofre Pacenza, entre otros grandes maestros. Tres años después (1955), se casó con la escritora Griselda Gambaro, juntos luego viajaron a Italia. Tras regresar, se desempeñó como diseñador gráfico.

En la década del 60 organizó el Departamento de Diseño Gráfico del Instituto Di Tella, que marcó un hito en este campo y al cual se incorporaron nombres como Humberto Rivas, Juan Andralis, Rubén Fontana, Roberto Alvarado, Norberto Coppola y Carlos Soler. Por esa época, Distéfano ya experimentaba con materiales diversos, que lo llevaron a trabajar con el poliéster y la fibra de vidrio.

En 1964, realizó su primera muestra individual en la Galería Riobóo Nueva, donde expuso pinturas. Tres años más tarde, fue elegido para integrar el envío argentino a la IX Bienal de Sao Paulo, junto con Emilio Renart y David Lamelas.

Por 1969, obtuvo la beca Francisco Romero, otorgada por la Embajada de Italia y el Fondo Nacional de las Artes, y viajó con su familia a Roma, donde residió hasta 1970. Ya en la Argentina, abrió junto a Rubén Fontana un estudio de diseño gráfico.

Durante 1976, realizó su primera muestra de escultura en la Galería Artemúltiple. Luego, se exilió con su familia a Barcelona por razones de seguridad. Sus obras de esta década son emblemáticas y evidencian la violencia de la época. Las esculturas sintetizan el dramatismo del ámbito social a través de formas de extrema belleza.

Cuando retornaba al país era 1980. Desde entonces, ha presentado su obra en múltiples exposiciones. En la Galería Jacques Martínez, exhibió sus trabajos creados en España. Recibió el Premio Konex de Platino de 1982 a la escultura figurativa. Corría 1987 cuando realizó una muestra en la Galería del Retiro. Años después, en 1991, se organizó una exposición antológica de su producción en la Fundación San Telmo y, paralelamente, una muestra individual en la Galería Ruth Benzacar. Durante 1992 fue galardonado con el Konex de Brillante a la personalidad más relevante de las Artes Visuales en la última década en Argentina. En 1998, el Museo Nacional de Bellas Artes exhibió una retrospectiva de su obra con la curaduría de Marta Nanni.

Asimismo, fue convocado a importantes muestras colectivas nacionales e internacionales en instituciones como el Museo de Santa Mónica, Barcelona; Jack S. Blanton Museum of Art de la Universidad de Austin, Texas; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid; The Museum of Fine Arts, Houston; Espacio de Arte de la Fundación OSDE y Espacio Casa de la Cultura de Buenos Aires.

En 2010 llevó adelante la muestra individual antológica “Distéfano Interior” en el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén.