Después de más de 120 días con las puertas cerradas y sin ingresos, pero enfrentando enormes costos fijos como los impuestos, nuestros recursos humanos y los servicios públicos, la situación en la que se encuentra la industria hotelera es desesperante.
Necesitamos la muy ansiada ley de emergencia que logre reducir el precipitado cierre masivo de establecimientos. Son muy pocos los hoteles que han accedido a los préstamos subsidiados, llegando a instancias donde ya no quedan reservas para afrontar las erogaciones fijas.
Es por eso que celebramos que la duración de la ley propuesta sea de un año. En dicho proyecto, las medidas que se incorporarían como el ATP, la política de incentivos para el consumo y la política de reprogramaciones entre otras, brindan el sustento para que el sector turístico pueda afrontar la crisis hoy y empezar a pensar el día después.
El hecho de incluir a todos los prestadores turísticos es fundamental para que alcance al conjunto de actores de la industria. Comprender a todas las empresas es garantizar el empleo y contribuir a la generación de divisas que se alcanza a través de la prestación de servicios a residentes en el exterior, que realizan los hoteles más importantes del país.
Los hoteles de la AHT generan un quinto de los U$S 5000 millones de divisas originadas por el turismo receptivo; reciben al 40% de los visitantes no residentes equivalente al 50% de este gasto turístico y tienen el multiplicador de empleo más grande de la industria: 13,1 empleos por millón de dólares invertidos. Es por ello que también celebramos la incorporación de los grandes establecimientos dentro de la ley.
Los paliativos impositivos y fiscales que hemos puesto en consideración como el de débitos y créditos, y el Decreto 814/01, la posibilidad de utilizar el saldo de IVA como libre disponibilidad, entre otros, aportarían un respiro para el sector privado que le permitirá obtener un recupero de flujos de caja indispensable. Se estima que, de sostenerse esta crisis hasta diciembre 2020, se tardará más de 3 años y medio en generar negocios rentables.
Aunque la recuperación va a ser paulatina, creemos que el ambicioso y audaz plan de incentivo al consumo con el 50% de subsidio para los compradores será clave para el proceso de reactivación. Las proyecciones para este año son de 20% de ocupación y se prevé una recuperación a niveles de pre pandemia recién para el año 2022; por lo que también valoramos el trabajo realizado con el Ministerio de Trabajo para lograr que la vigencia de las licencias por el Art.223 bis se extiendan sobre la duración de esta emergencia turística.
En referencia a estos temas, Roberto Amengual mencionó: “las incorporaciones al proyecto original están acorde a los puntos consensuados con la Cámara Argentina de Turismo. Actualmente se perdieron 76.000 puestos de trabajo y más de 4.000 empresas turísticas. Creo que con estos ejes, el sector privado tiene un marco de previsibilidad para poder sobrellevar la desesperante crisis y esperar la etapa de recupero”.