A lo largo del imponente Camino de la Costa, Río Negro cobija una serie de playas de características únicas y belleza sin igual que se convierten en los sitios ideales para disfrutar jornadas de descanso y esparcimiento, mientras se contemplan majestuosos escenarios naturales.
En un recorrido de más de 200 kilómetros que se extiende desde El Cóndor hasta Playas Doradas surgen pequeños y tranquilos rincones que invitan a vivir un verano diferente, en conexión con uno mismo, entre increíbles vistas panorámicas y lejos de las multitudes.
Playas de conchillas y aguas transparentes en el Golfo San Matías
A 65 kilómetros de Las Grutas se encuentra Punta Perdices, un destino que tomó popularidad en los últimos años tras ser destacado por los medios de comunicación nacionales como el “caribe patagónico” debido a sus imponentes aguas cristalinas mezclada con las tonalidades turquesa y el blanco de su arena que se distingue del resto de las playas de la región.
El poco oleaje convierte a este sitio en un escenario turístico ideal para practicar actividades como kayak o stand up paddle, aunque también se pueden realizar diferentes paseos náuticos o pesca embarcada. Sin embargo, aquellos que solo desean disfrutar una jornada reparadora podrán dedicarse a disfrutar la calidez del mar mientras conectan con la inmensidad del paisaje.
Cerca de allí, Las Conchillas se convierte en otro gran atractivo digno de conocer gracias a su particular encanto conformado por una arena dorada y densa que se encuentra cubierta por miles de caracoles, formando una postal inigualable en la que se destacan los tonos blancos, rosas y violáceos que se complementan perfectamente con el color del agua.
Naturaleza en estado pleno
En un sector ubicado a orillas de la ría de San Antonio Oeste se encuentra Punta Verde, una playa agreste y tranquila plagada de arena densa y conchillas que entre sutiles médanos se presta para relajarse mientras se aprecia la magnífica naturaleza en estado puro que distingue al lugar.
Una vez en la región se torna imposible dejar de visitar Punta Villarino, el único rincón costero del Golfo San Matías que cuenta con un apostadero de lobos marinos donde los ejemplares más viejos se mezclan con los más jóvenes brindando un espectáculo único en el que la fauna se vuelve protagonista de un paisaje sin igual.
Allí también se podrá apreciar desde cerca el impactante trabajo de los buques mercantes que arriban a la zona para transportar la fruta producida en el valle rionegrino hasta distintos rincones del mundo.
Paz y tranquilidad entre las rocas
A pocos minutos de las tradicionales playas de Las Grutas yace Piedras Coloradas, un impactante sitio que invita a reposar entre el sonido del mar y el paisaje de rocas rojizas que se convierten en el elemento ideal para recostarse y contemplar desde allí panorámicas inolvidables.
Este lugar, de playas amplias y poco profundas, cuenta con médanos de altura considerable que hacen posible la práctica de sandboard. Además, por las características del espacio los visitantes podrán buscar fósiles y ostras petrificadas entre las piedras, cuyo origen data de más de quinientos millones de años atrás.
Aquellos que decidan disfrutar una agradable jornada en Piedras Coloradas también tendrán la posibilidad de visualizar la tarea de los pescadores artesanales que al caer la tarde vuelven a la orilla con los pescados y mariscos que pudieron capturar mar adentro.
Paraísos de arena y mar
Transitando desde Viedma por la Ruta provincial N°1 (Camino de la Costa) se puede llegar a Bahía Creek, un balneario de playas amplias y acantilados bajos que atrae por la paz y tranquilidad que permite disfrutar de la naturaleza en el estado más puro.
Sitio de grandes historias y leyendas, se torna el lugar perfecto para apreciar las más pequeñas cosas de la vida como ver un amanecer a orillas del mar o simplemente escuchar el sonido de las olas entre un silencio estremecedor.
Unos kilómetros antes es posible acceder a Bahía Rosas, uno de los sitios predilectos de los pescadores debido a la calidad de sus aguas, que propone disfrutar la soledad entre sus grandes extensiones de arena gruesa y canto rodado.
Bellezas en cercanías a Viedma
A 15 kilómetros de El Cóndor, en un recorrido paralelo a la costa, las y los visitantes podrán encontrarse con El Espigón, una de las playas más elegidas por los aventureros que disfrutan surfear en la inmensidad de las olas que ponen a prueba constantemente la fuerza, resistencia y coordinación.
Cuatro kilómetros más adelante se encuentra Playa Bonita, un sitio resguardado por altísimos acantilados que guarda un encanto singular y se convierte en el contexto ideal para disfrutar largas jornadas de juegos en la arena y mar en familia o con amigos.