En estos últimos años, la Patagonia y en específico, Puerto Deseado se ha hecho famosa a nivel mundial. Con su amplia biodiversidad y cultura, han motivado crecientemente a viajeros de todo el mundo y del país a visitarla.
Esta posición ascendente ha ido de la mano con un crecimiento constante de la oferta turística, tanto en lugares icónicos como el Palacio Ferroviario o el Cabo Blanco y en otros lugares incipientes como el Cañadón de las Bandurrias.
Dentro de esta variedad de opciones, una pareja de la provincia de Buenos Aires visitó y apreció la localidad portuaria. Analía Morales es nacida en Cañuelas, pero reside en San Andrés de Giles y divide sus días en ambos lugares.
En el 2016 conoció por primera vez Puerto Deseado, aunque en esa oportunidad fue de manera circunstancial. Realizó la ruta 40 desde Mendoza hacía 28 de Noviembre y volvió por la ruta nacional 3, entrando por todas las ciudades aledañas que hay en el camino. Ahí se topó con Deseado y el amor a primera vista apareció al instante.
En esa primera ocasión tuvo la chance de observar a los pingüinos de penacho amarillos en varios lugares de la costa, a pesar que para esa fecha ya no salían embarcaciones porque era marzo.
Para esta segunda experiencia por Puerto Deseado, Analía vino acompañada de su pareja en un motorhome. Este vehículo lo adquirió en el 2019 para viajar por todo el continente americano. La pandemia provocó que esa misión se postergue, pero ella quería volver si o si a la ciudad santacruceña.
Antes de llegar al destino, visitaron el sur chileno porque era algo que tenían pendiente. Además, el sur de Argentina ya lo habían realizado en varias oportunidades. Una vez hecho el recorrido decidieron cruzar a nuestro país por Los Antiguos y así recalar en Puerto Deseado.
Por lo general, Puerto Deseado se destaca por tener unos cielos descollantes por la mañana y la tarde. Suceso que a la bonaerense le saca una sonrisa y aumenta su cariño por la ciudad. “Me encantan los atardeceres de acá, estamos hace varios días acá y no nos dan ganas de irnos”, contó en diálogo con AMA Santa Cruz.
En este mismo sentido, la turista agregó: “Son preciosos los atardeceres, los colores que tienen. Siempre en la tarde pasan los lobos marinos y ayer pasaron delfines, todos los días ves algo distinto. Aparte cambia totalmente de un día para el otro”.
Por otra parte, se mostró apenada por no haber podido ver ningún pingüino penacho amarillo: “Esta vez no tuve suerte y no vi a ninguno. Estamos viendo si sale alguna excursión todavía”.
Por último, se animó a recomendar uno de los lugares más representativos de la localidad y de la cual ella está maravillada: “Recomiendo que vengan y visiten la Gruta de la Virgen, es diferente a muchas y es hermosa. Desde la entrada hasta como es el camino con las piedras”.