A 20 años de la sanción de la Ley Nacional de Turismo entrevistamos a la diputada santacruceña Ana María Ianni. Una mirada sobre la actualidad de un sector que no pasa por su mejor momento. Carlos Gardel dijo que «20 años no es nada», sin embargo en este caso parece demasiado lejos.

Se cumplen 20 años de aquel 16 de diciembre de 2004 fecha en la que se sancionó la Ley 25.997 ¿qué reflexión te merece?

Hoy te puedo decir que tengo sensaciones encontradas. Por un lado el orgullo de poder decir que contamos con esa herramienta pilar para la actividad turística, sabiendo todo lo que se trabajó para lograrla, sector público y privada articulando, generando consensos, con un objetivo común, que dio como fruto esa Ley que no deja a nadie afuera, porque reconoce al turismo como actividad socioeconómica estratégica, ordena y regula, crea el Fondo Nacional de Turismo y el Programa Nacional de Inversiones, pero también te habla de turismo social y de la importancia del ambiente y del cuidado de nuestros recursos. Es tan abarcativa, tan inclusiva y ha funcionado tan bien mientras se ejecutaron políticas públicas acordes que hoy no puedo dejar de sentir cierta melancolía y mucha tristeza.

¿Por qué te genera ese sentimiento?

Porque veo cómo se ningunean las normas, porque veo el desprecio por el cuidado del ambiente, incluso de parte de aquellos que más deberían velar por nuestros recursos naturales, veo que cada cual intenta llevar agua para su propio molino y que, en definitiva, la que se termina siendo ninguneada y perjudicada es la actividad turística en su conjunto y toda la cadena de valor.

¿Y qué fue lo que quedó en el medio, después de 20 años, pasamos de una Ley trabajada con todos los actores a esta desregulación absoluta, no aprendimos, que nos pasó?

Mirá, yo era guía de turismo del Parque Nacional los Glaciares cuando se sancionó la ley bajo la gestión de Quique Meyer. Recuerdo cuánto valoramos nosotros, quienes estábamos tan cerca del turista, tan pendientes de cuidar nuestro destino día a día, que desde el arco político trabajando codo a codo con el sector privado hayan pensado y logrado esta herramienta paraguas para toda la actividad. No sabía lo que venía después, donde iba a estar a cargo de la Secretaría de Turismo de El Calafate y luego mi llegada al Congreso Nacional, y siempre, siempre, la Ley fue una carta fuerte, un pilar desde donde seguir construyendo. Hoy, donde todo parece haberse desmadrado a la luz de cierta “libertad” o libertinaje donde vale todo, escucho voces de funcionarios, dirigentes, empresarios que creen haber descubierto la pólvora. Proponen recetas que ya se implementaron con gran éxito en algún momento y que luego algunos gobiernos se encargaron de destruir. Estamos de cara a una temporada de verano donde ya venimos viendo una muy fuerte caída en las visitas por ejemplo al Parque Nacional, una merma cercana al 50%, aún así hay gente que se llena la boca con datos fantasma que parece vivir en realidades paralelas. Volviendo a tu pregunta, no creo que no hayamos aprendido nada. Aprendimos mucho en todo este tiempo donde se ha sembrado y cosechado. Lamentablemente hoy muchos deciden mirar para otro lado, y desconocer todo ese trabajo en conjunto sólo por intereses personales. Hoy parece que el diálogo no fuera una herramienta que permite construir sino al contrario, el diálogo es víctima y se ve amenazado por la soberbia y el cinismo de muchos de los que conducen los destinos de la actividad turística.

Mencionabas antes al Fondo nacional de turismo, que casualmente está por perder vigencia en dos semanas

Exacto. El 5 de enero se vence y el turismo quedaría completamente desfinanciado. Yo acabo de presentar un proyecto en la Cámara de Diputados con el acompañamiento de más de 30 legisladores y legisladoras, donde solicitamos al Poder Ejecutivo la prórroga del fondo por el plazo de 10 años. Estaba contemplado en el proyecto del Presupuesto 2025, pero vos sabrás que finalmente el Gobierno Nacional decidió no avanzar con el tratamiento del presupuesto, por lo que desconocemos lo que tienen proyectado para todas las áreas de la administración pública, y qué piensan hacer con el fondo y con el turismo.

Si tuvieras que definir en una palabra el balance del año en materia turística…

Catastrófico. No porque lo diga yo, porque es lo que los datos reales están demostrando y porque no hay planificación ni a corto, ni a mediano, ni a largo plazo. Es como un barco a la deriva donde manda el “sálvese quien pueda”. Más o menos lo mismo que estamos viviendo en todos los ámbitos en esta nueva era Milei, tan individualista, donde el Estado se retira, finge demencia y deja que rija la ley del más fuerte. Ya sabemos cómo termina la película, quiénes son los que siempre ganan y los que siempre pierden.

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