Las sierras como protagonistas. El senderismo como una alternativa ideal para recorrer la zona. Gastronomía, ríos, diques, montañas y balnearios. Disfrutar los valles de Córdoba es condición si se visita la provincia. ¿Cuáles son y qué conocer en cada uno de ellos?

El corazón de Argentina late bien fuerte, porque la provincia que ocupa ese lugar es ni más ni menos que Córdoba. Infinita belleza natural, historia y una cultura fascinante se abren paso en las distintas regiones que componen los 165.321 kilómetros cuadrados de superficie de la segunda provincia más poblada del país. Por fuera de su famosa bebida alcohólica, el Fernet, y la tonada inconfundible de los cordobeses, la naturaleza florece y da su mejor versión en toda la región.

Tres valles deslumbran con ríos, lagos, sierras, tradición y rincones de ensueño. Esconden historias remotas en sus pueblitos, gastronomía de lujo entre los locales y tesoros naturales en las sierras. Tres valles destacan con imperdibles pensados para maximizar la visita de Córdoba:

Valle de Traslasierra

Al oeste de la ciudad de Córdoba el Valle de Traslasierra se impone con paisajes agrestes y rocosos, embalses, ríos para disfrutar del agua en épocas de calor, bosques verdes, cordones montañosos y pueblos repletos de relatos. El senderismo es una de las actividades preferidas en este entorno natural único, que también se complementa con deportes náuticos como windsurf, kayak, remo y canoismo. ¿Las localidades que componen el valle y no pueden faltar en el itinerario? Mina Clavero, sede de una de las siete Maravillas Naturales de Argentina, es el destino con más cursos de agua de Córdoba: está surcada por tres ríos e infinidad de arroyos. Naciendo en las Altas Cumbres, el Río Mina Clavero arma un trayecto que atraviesa flora y fauna autóctona, piedras que funcionan como trampolines, balnearios, muchísimo verde y arena. No sorprende, entonces, que haya sido galardonado con el título de maravilla. Por su parte, Nono también regala extensas playas sobre el río Chico – el parador más famoso es Los Remansos -. Y La Paz, San Javier, Yacanto y Villa Dolores terminan de coronar el recorrido transerrano.

Además, el valle es hogar del Parque Nacional Quebrada del Condorito, un área repleta de flora y fauna autóctona, pastizales, bosques de alta altura y caminos habilitados para hacer trekking. Los miradores son soñados, las vistas solo mejoran y Córdoba deja ver una de sus caras más bonitas.

Valle de Punilla

Una hora desde la capital de Córdoba es suficiente para llegar a este valle pintado de verde. La belleza serrana destaca entre ríos, cascadas, balnearios y caminos ideales para conocer la zona a pie, absorbiendo su belleza en estado más puro. Villa Carlos Paz es, sin lugar a dudas, el destino imperdible del valle. Miles de turistas se acercan a sus ríos en los meses de verano (de diciembre a marzo) para disfrutar del agua que fluye por las corrientes y descansar en el lago San Roque. También es famosa por ser el epicentro del Rally de Argentina, que se lleva a cabo año tras año.

Otras ciudades importantes dentro de Punilla son La Falda, con el balneario Siete Cascadas; Cosquín, sede del popular Festival Nacional de Folclore y el Cosquín Rock; Huerta Grande para conocer la Reserva Privada Naguan Tica y hacer senderismo, avistaje de aves y explorar cuevas de los antiguos comechingones; La Cumbre para degustar vino en un viñedo; y Capilla de Monte para investigar la mística del gran Cerro Uritorco, conocido por ser un centro energético vinculado con el avistaje de ovnis.

Al margen, a 25 kilómetros de Capilla del Monte también se encuentra la quinta Maravilla Natural de la provincia: las Cuevas de Ongamira. Su riqueza arqueológica descansa en las pinturas rupestres de antiguos pobladores de la zona.

Valle de Calamuchita

El tercer valle cordobés tiene todos los condimentos necesarios para la relajación y la contemplación: tintes alpinos en sus construcciones, actividades para disfrutar la naturaleza exuberante, embalses para deportes acuáticos y paisajes serranos de ensueño. Villa General Belgrano es uno de los puntos más interesantes del Valle de Calamuchita: desborda de turismo por sus fiestas tradicionales como la de la Cerveza o la Masa Vienesa y, además, regala caminos para hacer senderismo en la Reserva Natural Municipal Pozo Verde, la Quebrada de la Zarzamora, el cerro Mirador, el Cerro de la Virgen y del Pico Alemán. ¿El factor común de todos ellos? Sus impresionantes panorámicas.

Santa Rosa de Calamuchita también dice presente si de postales naturales se trata. Playas para descansar, miradores como el Balcón de Santa Mónica con vistas al Cerro Champaquí (el punto más alto de Córdoba) y cabalgatas son algunas de sus ofertas. Los Reartes, a 30 minutos en auto del destino anterior, presenta el dique Los Molinos como el lugar perfecto para hacer kayak y recorrer sus alrededores en bicicleta. Y a 37 kilómetros se encuentra el único pueblo peatonal de toda Argentina: La Cumbrecita. Mágico y salido de un cuento, esta localidad es una de las preferidas de la región. El Bosque de Abedules, la Olla (una pileta natural de más de 6 metros de profundidad), trekking a la Cascada Grande y el ascenso al Cerro Wank son apenas la punta del iceberg de las actividades que pone a disposición La Cumbrecita.

Para una alternativa acuática y adrenalínica se puede visitar El Salto. ¿Su particularidad? El acceso tiene una única condición: hay que ponerse el equipo de buceo, porque el pueblo está sumergido en las profundidades del dique. Con antiparras de por medio pueden verse viejas casonas, una iglesia, un puente y hasta una antigua usina de 1914.