El sitio, ubicado ern el departamento mendocino de Malargüe, posee más de 800 conos volcánicos, todos los tipos de erupciones y gran diversidad de relieves producidos por el vulcanismo.
El Gobierno de Mendoza a través de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial, presentó el documento de Evaluación Preliminar a la Comisión Nacional Argentina ante Unesco para postular a la Payunia como Patrimonio de la Humanidad, informó la cartera ambiental.
A su vez, la próxima semana se enviará a la secretaria de la Comisión Argentina de Cooperación con Unesco, Marina Larrea, el documento final realizado con todos los requisitos que establece el Comité de Patrimonio Mundial de Unesco, para la Payunia, ubicada en el Departamento de Malargüe, 394 kilómetros al sur de la capital provincial.
“Este documento es un hito importante por parte del Gobierno de la Provincia, que durante estos últimos meses, a través de la Dirección de Recursos Naturales, realiza un fuerte y sistemático trabajo para cumplir todos los pasos y requisitos técnicos que se necesitan para elevar la candidatura de la Payunia ante la instancia internacional», explicó Humberto Mingorance, secretario de Ambiente de Mendoza.
«Ha sido un gran esfuerzo institucional y profesional pero estamos convencidos de los valores geológicos y paisajísticos de nuestro sitio y de lo que a futuro representará para nuestra comunidad y para el turismo contar con un bien patrimonio natural de la humanidad”, agregó el funcionario.
Roberto Molina, consultor encargado de coordinar y conducir el proceso de Evaluación Preliminar del sitio, señaló que la Payunia tiene dos criterios de Patrimonio Mundial que demuestran el Valor Excepcional Universal.
Uno de ellos se refiere a fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcionales, y el otro es ejemplo eminentemente representativo de las grandes fases de la historia de la tierra, incluido el testimonio de la vida, de procesos geológicos en curso en la evolución de las formas terrestres o de elementos geomórficos o fisiográficos significativos.
“Ambos se encuentran demostrados. La Payunia posee más de 800 conos volcánicos, todos los tipos de erupciones, gran diversidad de relieves producidos por el vulcanismo, todos los tipos de volcanes, casi todos los tipos de coladas volcánicas”, sintetizó el especialista.
Entre los valores y atractivos de la Payunia se destaca que posee extensos escenarios cubiertos de coloridos materiales volcánicos, en los cuales habita un santuario de fauna y flora. Es frecuente que el visitante pueda apreciar tropillas de guanacos, una de las mayores poblaciones del Centro-Oeste argentino.
Es uno de los sitios de mayor densidad volcánica del mundo, con un promedio de 10,6 volcanes cada 100 km². Su diversidad biológica la convierte en una de las regiones representantes de la estepa patagónica y además posee yacimientos arqueológicos que suman atractivo, tanto de interés turístico como científico y educativo.
Con más de 800 volcanes, constituye uno de los parques volcánicos de mayor densidad y diversidad del planeta. Los más destacados y frecuentados por los visitantes son el Payún Matrú (3.750 m), el más importante de la región, y el Payún Liso (3.780 m), que contiene en su cráter un planchón de hielo en invierno y una lagunita en primavera.
El Santa María se destaca –mucho más pequeño que los anteriores volcanes– por haber emitido una de las mayores coladas del área, que alcanza 17 kilómetros de longitud.
Otra zona de excepcional belleza es Pampas Negras, una amplia superficie recubierta por un manto de material eyectado por el volcán –lava fragmentada o material piroclástico–, de pequeño tamaño y color muy oscuro, denominado lapillis.
El Campo de Bombas es una zona colmada de formaciones circulares de material piroclástico denominadas “bombas volcánicas”. O sea, burbujas de roca fundida eyectadas por el volcán que, al enfriarse, adquieren mayormente forma de bola o gota.
El ambiente desértico alberga especies que se adaptan al riguroso clima. Su principal protagonista es el guanaco, cuya población ronda los 14.000 ejemplares, una de las más grandes de Argentina. Además, otros mamíferos, como el zorro gris, el zorro colorado, el gato del pajonal, la liebre mara y el piche patagónico se alimentan, reproducen, refugian y renuevan constantemente su ciclo de la vida en esta área natural protegida.