Las estrellas Michelin son uno de los más prestigiosos reconocimientos en la gastronomía mundial, otorgadas por la famosa compañía de neumáticos. A principios del siglo XX, Michelin lanzó guías turísticas con indicaciones que incluían paradas técnicas para cargar nafta, descubrir talleres, mapas y lugares de reposo. Sin embargo, estas guías evolucionaron con el tiempo y se convirtieron en referentes irrefutables para los amantes de la alta cocina.
Ahora bien, ¿cómo se otorgan las preciadas estrellas? Mediante una meticulosa evaluación de inspectores anónimos que visitan los restaurantes de incógnito para luego poner en común sus pensamientos. Estos expertos se centran en pautas clave para brindar una experiencia gastronómica excepcional. Los cinco criterios indispensables que debe cumplir el restó son: calidad de los ingredientes, armonía de los sabores, dominio de la técnica, la personalidad del chef plasmada a través de su cocina y, algo no menos importante, la regularidad a lo largo del tiempo y de la propuesta en su conjunto.
Esta selección sucede todos los años: se proporcionan nuevas estrellas y también se reevalúan las ya otorgadas para garantizar que el comensal disfrute siempre de los mismos estándares de calidad. Además, no se tienen en cuenta aspectos por fuera de lo que contiene el mismísimo plato – es decir, no entran en juego factores como la decoración o el servicio de atención -.
Una curiosidad: las estrellas se entregan al restaurante, y no al chef. Por ende si un cocinero deja de estar a cargo del lugar, éste mantiene la distinción. Pero así como se le otorga el reconocimiento también puede ser retirado si deja de cumplir con los requisitos necesarios. ¿La buena noticia? Cualquier restaurante puede solicitar su inclusión en la guía, sin importar su estilo o tipo de cocina. De hecho, hay desde restaurantes sofisticados hasta locales de comida callejera con estrella Michelin.
Una estrella Michelin: Muy bueno
Ganar una estrella Michelin es un logro en sí mismo, y representa un nivel alto de calidad en la cocina. Para merecer esta estrella, un restaurante debe ofrecer platos deliciosos, con sabores distintos y técnicas culinarias sólidas. La presentación también cuenta; cada detalle debe ser un reflejo del arte en el plato.
Dos estrellas Michelin: Excelente
Al alcanzar dos estrellas Michelin, un restaurante muestra una calidad culinaria impecable y una identidad única. Los sabores deben ser inolvidables, y la armonía entre ellos es clave. Los chefs deben ser creativos y utilizar ingredientes de primera calidad para sorprender y deleitar a los comensales, reflejando la personalidad y el talento de quien cocina.
Tres estrellas Michelin: Excepcional
Las tres estrellas Michelin son el pináculo de la excelencia culinaria. Solo unos pocos restaurantes en el mundo alcanzan esta distinción. Los platos son auténticas obras maestras; cada bocado lleva al comensal a un viaje de sabores y texturas. Los ingredientes son impecables, la creatividad es desbordante y la técnica culinaria alcanza su máxima expresión. Son restaurantes fuera de lo común.