La ruta se llena de verde y montañas con panorámicas imperdibles. Un recorrido que lo tiene todo y para todos los gustos, en esta oportunidad proponemos un circuito de dos días para visitar: la ruta del vino tucumana, las ruinas de Quilmes y el Observatorio Astronómico de Ampimpa. El placer de viajar, conocer y vivir experiencias únicas en Tucumán.

La dupla auto y Argentina vuelve para seguir redoblando apuestas en un recorrido icónico que permite conocer el corazón de Tucumán. Porque la provincia que vio nacer la Independencia argentina es también dueña de paisajes montañosos, valles verdes y rincones mágicos empapados de historia. A la ecuación se le suma el factor enología, propio del país del Fin del Mundo. Con esos condimentos alcanza y sobra para trazar una ruta estratégica en el mapa, contemplando dos días de viaje (pueden ser mas, por qué no y seguir recorriendo las maravillas que ofrecen los Valles Calchaquíes) a pura naturaleza, cultura y disfrute.

La Ruta del vino tucumana

El ítem infaltable si de recorrer el noroeste del país se trata. Los encantos de las uvas locales se sienten en varias provincias, y Tucumán no se queda atrás. Las cepas Malbec y Torrontés hacen los honores de conquistar paladares a lo largo de 100 kilómetros en plenos Valles Calchaquíes, con altitudes desde los 1750 hasta los 3000 metros sobre el nivel del mar. La icónica Ruta 40 se une con la 307 en un trayecto teñido de viñedos y bodegas, con productores locales e industriales que se dedican a trabajar una de las frutas más codiciadas del país. El resultado final es una degustación que marida a la perfección con la gastronomía local. Además, Tucumán aloja la única bodega de Argentina – y tercera a nivel mundial – administrada y dirigida por una comunidad indígena: Bodega Los Amaichas.

En el área central del imponente Valle Calchaquí se extiende la zona vitivinícola tucumana. De clima frío en invierno, caluroso en verano y mayormente seco, es favorecida por una alta exposición al sol, ya que 350 días al año son soleados con vientos suaves permanentes de Norte a Sur. Su suelo es franco arenoso a pedregoso, permeable, suelto, limpio y profundo en toda su extensión, alcalino pero no salino. Es una de las zonas de producción vitivinícola más altas del mundo. Tiene un especial atractivo turístico debido a sus extraordinarios y contrastantes paisajes, con una belleza natural intacta, una rica historia cultural, que conjuga la herencia aborigen, el legado colonial español y jesuítico.

Enoturismo

La “Ruta del Vino”de Tucumán invita al turista a conocer la zona vitivinícola de Tucumán, sus bodegas y viñedos. Este circuito es unificado por ruta nacional 40 y ruta provincial 307 ofreciendo visitas a bodegas de diferentes tipologías, productores artesanales, caseros e industriales a la primera bodega comunitaria del país. En aproximadamente 100 Km de recorrido el turista puede conocer los procesos productivos vitivinícolas en todas sus etapas, con la posibilidad de realizar degustaciones de vino de altura y visitar sitios arqueológicos, culturales, tesoros heredados de los antiguos habitantes del Pichao, Ruinas de Condor Huasi, Talapazo y Rincón de Quilmes. Este recorrido se complementa con la gastronomía típica local y artesanías. Esta experiencia turística permite un contacto directo con el productor y su territorio.

Ciudad Sagrada de Quilmes

Sobre la misma Ruta 40 (y antes del desvío por la 307) se encuentra una joya arqueológica de treinta hectáreas: los restos de la Ciudad Sagrada de Quilmes, el asentamiento precolombino más extenso de Argentina. Pero, ¿quiénes fueron los Quilmes? Un pueblo indígena, más precisamente el último bastión de la resistencia de los pueblos originarios ante el avance español. Entre vegetación típica local y cardones se abren caminos, reconstrucciones residenciales y hasta una fortaleza con paredes de piedra que dan cuenta del desarrollo que había alcanzado el poblado en ese entonces. La visita también amerita un paseo por el Centro de Interpretación, cuatro salas que ilustran las costumbres del pueblo y guardan tesoros de alto valor histórico, con proyecciones audiovisuales, maquetas y objetos de la cultura Quilmes.

Recientemente ha sido inaugurado el Centro de Interpretación de la Ciudad Sagrada de los Quilmes. Se erigió sobre la base de una construcción ya existente en donde funcionaba un museo y mercado artesanal. Fue remodelado íntegramente para generar un espacio interpretativo que transmita y perpetúe la memoria ancestral de este pueblo originario. Cuenta con cuatro salas interpretativas que relatan a través de diferentes recursos visuales, auditivos y táctiles varios aspectos de la vida de los Quilmes.

Cuesta imaginar que en el año 800 d.C los Quilmes estuvieron allí y fueron uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de los pueblos Calchaquíes. Cargado de historia el paisaje de las Sierras y el cordón Calchaquí enamora al visitante y habla por sí solo.

Los Quilmes fueron un poblado indígena que alcanzó un inmenso desarrollo social y económico; en el siglo XVII llegó a tener 3.000 habitantes en el área urbana y 10.000 en los alrededores. En la falda del cerro, el turista podrá advertir las reconstrucciones de la zona residencial, rematada por una fortaleza situada en la cima y dos fortines a ambos costados, sobre la cornisa.

El visitante podrá recorrer el complejo acompañado por un guía y quedará sorprendido al conocer cada detalle del último bastión de la resistencia aborigen ante el avance español, que claudicó recién en 1667, cuando 1.700 sobrevivientes fueron trasladados a pie hasta las proximidades de Buenos Aires (actual ciudad de Quilmes), adonde llegaron apenas 400 de ellos.

Para llegar a la Ciudad Sagrada de Quilmes en vehículo particular, se debe tomar desde Amaicha del Valle la Ruta Provincial Nº 307, recorrer 15 kilómetros aproximadamente hasta empalmar con Ruta Nacional Nº 40 y desde allí, continuar 3 kilómetros más en dirección norte. A mano izquierda deberá ingresar por un camino de tierra que, 5 kilómetros más adelante, le permitirá acceder al lugar.  En caso de no contar con vehículo propio, es posible contratar una excursión con una empresa privada desde la ciudad de San Miguel de Tucumán, o bien ir en micro hasta Amaicha del Valle y desde ahí contratar una excursión, ya que esta es la única forma de acceder al sitio.

Observatorio Astronómico de Ampimpa

La última parada del circuito por la Ruta Provincial 307 desembarca en una maravilla de la astronomía. Porque Argentina, además de buen vino y paisajes alucinantes, también regala algunos de los cielos más claros del mundo, permitiendo vislumbrar mantos estrellados que envuelven la noche. A 11 kilómetros de Amaicha del Valle (otra parada técnica que vale la pena) se abre este mundo paralelo que conecta al cielo con la tierra y posibilita la observación de las estrellas desde otro lugar, a través de telescopios de primer nivel. De hecho, la puerta del observatorio recibe a turistas de todo el mundo con un cartel que reza: “Una ventana al universo”.

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Enclavado a 2.500 metros sobre el nivel del mar y con una vista privilegiada de los valles de Amaicha y Santa María, es imposible no quedar hechizado ante la mágica atmósfera que rodea al Observatorio Astronómico de Ampimpa. Es apenas llegar y desandar un camino que evoca la historia del Universo y sus cambios más trascendentales desde la explosión del Big Bang hasta la aparición del Hombre. A medida que uno se acerca, divisa a lo lejos el imán del sitio, el observatorio con su reconocible cúpula blanca. Cardones y una bandera argentina flameando completan el límpido y luminoso paisaje de los idílicos valles tucumanos. Su lema es “Una ventana abierta al Universo” y su instalación no es para nada azarosa, ya que aquí en Ampimpa podemos obtener las mejores postales de los cielos diáfanos y sus astros…

Declarado sitio de interés turístico por el Ministerio de Turismo y Deportes, y de interés educativo por el Ministerio de Educación, Ampimpa habilita la posibilidad de presenciar eclipses de luna, lluvias de estrellas y todo tipo de fenómenos astronómicos presentes en el firmamento.

Fotos: Turismo530- Visit Argentina- Ente Tucumán Turismo