Los especialistas Lucas Lainez y Guillermo Quiroga, de PUENTE, analizaron el contexto internacional y local, y se refirieron a las estrategias para planificar inversiones y alternativas de financiamiento. La charla formó parte del Ciclo de Encuentros virtuales organizados por FEHGRA, a partir de la irrupción de la pandemia por COVID-19.

La Charla titulada “Estrategias para planificar inversiones y alternativas de financiamiento” estuvo a cargo de Lucas Lainez y Guillermo Quiroga de PUENTE, agente del Mercado de Capitales especializado en soluciones financieras para Individuos, Empresas, Gobiernos e Instituciones.

Al inicio del encuentro, resaltaron que el objetivo de la charla era ayudar a que cada empresario pueda edificar su propia visión, tomando en cuenta algunos datos, conceptos y experiencias: “Nadie tiene la verdad absoluta, uno va construyendo y analizando a partir de la propia situación”.

Expresaron que los mercados financieros están en su peor crisis desde 2008, y que la economía global se encuentra bajo una enorme presión transitoria, tanto desde el lado de la producción como desde el consumo. Explicaron que no se puede estimar cuánto pueda durar el shock del coronavirus, ni qué países terminarán siendo los más afectados, y que este contexto “genera un alto nivel de volatilidad a lo largo de casi todos los activos financieros”.

Guillermo Quiroga recomendó: “Hoy más que nunca es importante ser cautelosos en la reinversión del capital, llevándola en forma escalonada y paulatina, a medida que se abran las oportunidades y se vaya esclareciendo el panorama del mercado global y local”.

Con respecto a los empresarios que necesiten financiamiento, Lucas Lainez manifestó que en general las grandes empresas se están financiando a través de la emisión de bonos, mientras que las PyMEs lo hacen a partir de tasas subsidiadas de bancos o financiamiento a través de avales de sociedades de garantías recíprocas. Son los instrumentos más utilizados para financiar capital de trabajo o crecimiento en infraestructura.

Analizaron el mercado local, comparando esta crisis con la de 2001. Guillermo Quiroga indicó: “En ese momento, el mundo estaba en expansión y esto ayudó a que el país pudiera traccionar una recuperación bastante sólida. En el medio, se resolvió el tema de la deuda”, y Argentina en términos de competitividad pudo convivir con esa situación de default en el medio. Sin embargo, agregó, ahora en 2020 “con una crisis que viene de 2018, con el mundo dado vuelta en términos económicos y convulsionado en varios aspectos, a Argentina se le dificultará muchísimo poder convivir con un escenario de default, porque no solo significa que se deje de pagar la deuda y se corte el canal del crédito al Gobierno, sino que también significa que se le cortan los canales de crédito al sector privado y las inversiones. Indicó que es como una llave que abre o cierra la puerta para la reactivación más rápida de Argentina.

Expresaron que un acuerdo de deuda permite que Argentina pueda tener un panorama más tranquilo de aquí a cinco años, y de esta forma prestar atención a otros temas de agenda muy importante, como el crecimiento de la industria o la recomposición de la capacidad de trabajo, que es “la agenda que muchos Gobiernos prefieren tener”.

Recordaron que la raíz de esta crisis no viene de la implosión económica financiera sino de un tema de salud, y que las medidas económicas que se puedan tomar no curan el coronavirus, no previenen los contagios, y tampoco le agregan comodidad a las personas más afectadas para salir a la calle a consumir bienes y servicios o a desempeñar su actividad laboral: “Entendiendo esto, la duración de la crisis va a ser determinada por la efectividad de las medidas de confinamiento o por encontrar una vacuna. La crisis podría terminar si se encuentra la vacuna, porque elimina el problema de raíz y permitiría una vuelta más rápida a la normalidad. Mientras que eso no ocurra, continuará la presión en economía y en mercados”.

Opinaron que la realidad que vive el mundo hoy solo puede ser comparable con unos pocos eventos de la historia, como el Plan Marshall de la Segunda Guerra Mundial o la recuperación de la Gran Depresión de 1929.

Expusieron sobre el desempeño de los mercados en el contexto internacional: “La crisis actual no tiene precedentes a nivel de las acciones de los Gobiernos y de los Bancos centrales, en lo que respecta a estímulos económicos”. Indicaron que no hay antecedentes sobre la rapidez y magnitud con la que los Bancos están generando estímulos monetarios, ni sobre la medida de los Gobiernos a la hora de hacer estímulos fiscales. Guillermo Quiroga puso como ejemplo a EE.UU., país de referencia porque es la principal economía del mundo: “Un 22% de la economía de EE.UU. está siendo inyectada a través de la Reserva Federal y de los programas fiscales del Gobierno de Trump, ya sea por la compra de activos financieros para el caso de la Reserva, o directamente transfiriendo recursos a familias vulnerables o a PyMEs”.

Hablaron de las peticiones de los subsidios por desempleo en EE.UU. para mostrar la realidad, comparando la situación actual con lo ocurrido en la crisis de 2008. Ese año el máximo de subsidios por desempleos solicitados en una semana fue de 700 mil, mientras que ahora casi 7 millones de personas pidieron el subsidio en el mismo lapso: “La tasa de desempleo en EE.UU. pasó de 3,5% en enero a 15% en abril”. Señalaron la importancia de los incentivos fiscales del Gobierno a las PyMES para la recontratación del personal, que tuvieron que dejar sin sueldos por no tener flujo de caja. Esto dio como resultado que en mayo el porcentaje de desempleo bajó al 13%, dato alentador ya que se proyectaba alcanzar un 20% de desempleo.

Hablaron de las variaciones de los tipos de activos, de la volatilidad de la economía, del alto riesgo país, de los fondos buitres, entre otros temas.

Los especialistas expresaron que “la foto macro es compleja, la crisis es muy profunda”, pero que se podría ver una recuperación para el segundo semestre: “Pareciera que lo peor para los mercados ya pasó, aunque podría venir un segundo ajuste porque los factores de riesgo siguen estando, si vuelve un rebrote del coronavirus va a tener un efecto. Otro factor de riesgo es la tensión comerciales entre China y EE.UU. Y no hay que olvidarse de lo que es el mercado electoral de EE.UU. para noviembre”.