A los 94 años falleció el lunes 19 de octubre Francisca Borja Domínguez, una de las más destacadas hilanderas y tejedoras de fibra de vicuña, oriunda de Belén.
Madre de 12 hijos, con 52 nietos, 47 bisnietos, 5 bisnietos, Doña Borja deja un legado de saberes textiles que supo tramar con la paciencia y el detalle de sus manos artesanas.
En 2014, recibió el Premio Mayor de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho por un finísimo poncho de vicuña que forma parte del patrimonio de la fiesta.
En 2018, el Fondo Nacional de las Artes, le otorgó el premio a la trayectoria, reconociendo un trabajo que ella realizó silenciosamente, durante toda su vida. En esa oportunidad, ya con 92 años, viajó a Buenos Aires para recibir tan importante galardón de manos del directorio del FNA.
Hace poco, el 9 de octubre, había cumplido los 94 años. Alejandra Garay, de la Dirección de Artesanías del Municipio de Belén, contó que desde la comuna fueron a verla y le llevaron un desayuno y bombones, que doña Borja recibió con gran alegría. “Estaba muy contenta, se levantó y nos agradeció. Ese día su familia la llevó a pasear por La Puntilla”, cuenta Alejandra, quien destacó que Doña Borja era un orgullo para Belén.
Su trayectoria y su legado fue un orgullo para toda Catamarca, por eso desde el Ministerio de Cultura y Turismo de la Provincia manifestaron sus condolencias a su familia y realizaron esta semblanza a modo de homenaje.
Una vida dedicada al telar
Había nacido en 1926, en el norte de Belén y a los 17 se instaló en la ciudad de Belén, donde se casó a los 21, con Ramón Antonio Contreras, también artesano. Juntos hacen del telar su vida y su sustento. Una de sus hijas, Beatriz, hoy continúa orgullosamente con su legado textil.
Aprendió de su madre el oficio del telar. Y la vicuña era su especialidad, aunque también tejía fibra de oveja, llama y alpaca. Desde 2004, integraba la Asociación de Tejedores de Vicuña de Belén, a través de la cual sus prendas viajaban y se exponían en ferias y exposiciones nacionales e internacionales.
Doña Borja supo contar que ponchos realizados junto a su marido fueron adquiridos por los Hermanos Avalos y también por el locutor Luis Oscar Aisa.
Su casa, ubicada sobre la emblemática Ruta Nacional 40 en el barrio El Molino de Belén, era uno de los hitos destacados de la Ruta del Telar, que nuclea a lo largo de todo el departamento a artesanos textiles.
En una entrevista que le realizó Mariel Bomczuk tras recibir el premio al Mejor Poncho dijo que la alegró mucho el reconocimiento, pero que hubiese deseado compartir ese momento con su marido. “Yo aquí hago mis cosas yo sola, nadie mete mano en mis cosas. Mi trabajo es mío”, decía mientras hacía bailar el huso entre sus manos mágicas.
Foto gentileza : Secretaría de Gestión Turística – Rodrigo Castro