Además de la tradicional recorrida por los salones y la confitería, los visitantes podrán visitar el subsuelo, la cúpula, disfrutar de música en vivo y de exposiciones de objetos históricos. Se otorgarán 8 mil cupos a través de la web oficial www.delmolino.gob.ar.

El mítico Edificio del Molino de Callao y Rivadavia, abrirá nuevamente sus puertas al público para mostrar los avances de su restauración el próximo 8 de julio en la víspera de su 106° aniversario, con capacidad limitada.

Según informó la Comisión del Molino, se otorgarán 8.000 cupos, que podrán adquirirse desde el día lunes 4 de julio a las 12, a través de la web oficial www.delmolino.gob.ar.

Además de la tradicional recorrida por los salones y la confitería, los visitantes podrán visitar el subsuelo, la cúpula, disfrutar de música en vivo y de exposiciones de objetos históricos.

«Se comenzarán a realizar visitas periódicas al edificio, para que la comunidad pueda ver el avance de un lugar histórico de Buenos Aires que, con el esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Congreso Nacional, pronto volverá a ser ese punto de encuentro para quienes quieran disfrutar de un café y su emblemática pastelería», dijeron.

También, desde la Comisión se invita a continuar participando activamente de la recuperación histórica, acercando fotos u objetos que consideren que puedan formar parte del museo de sitio a instalarse en el Molino. Las novedades de las actividades a realizarse en el monumento, pueden verse a través de las redes oficiales @delmolinook.

Ubicado en la intersección de Avenida Rivadavia y Callao, el edificio posee cinco pisos y una azotea con mirador privilegiado y acceso a la torre con cúpula donde «la idea es que funcione otro espacio gastronómico», de los denominados «rooftop bar».

Los tres subsuelos eran ocupados por la confitería que tenía en los sótanos los talleres de producción, los hornos, las máquinas y el depósito; y lo mismo con la planta baja -donde funcionaba el salón de ventas y bar- y el primer piso, donde estaban los tres salones de fiesta. En tanto, las plantas del segundo al quinto piso eran ocupados por departamentos residenciales.

El inmueble terminado en 1916 bajo la dirección del afamado arquitecto italiano Francisco Gianotti (1881-1967), fue expropiado a los descendientes del pastelero Cayetano Brenna en 2014 y transferido al Congreso de la Nación en cuyo interior se creó la Comisión Bicameral encargada de su restauración.

La Ley 27.009 de expropiación y restauración dispuso que «el subsuelo y planta baja deberán ser concesionados como confitería, restaurante, pastelería o cualquier uso afín», mientras que el resto del inmueble albergará «un museo dedicado a la historia de la confitería» y «un centro cultural a denominarse ‘De las Aspas’ dedicado a difundir y exhibir la obra de artistas jóvenes».

La ejecución del Plan de Restauración Integral del Edificio del Molino (RIEM) incursiona en un abordaje poco habitual de la gestión patrimonial, que contempla la dimensión material e inmaterial de los bienes culturales, desde la multidisciplina y la pluralidad política, con el compromiso de involucrar la participación de la comunidad.

En el marco del RIEM, un equipo multidisciplinario de especialistas del Congreso se encuentra trabajando para recuperar el patrimonio material e inmaterial del inmueble.

Uno de sus últimos exinquilinos, Daniel Espinoza García, filmó allí gran parte su película «Las Aspas del Molino» (2014) que da cuenta de su estado antes de la restauración.

Fuente: Télam