Una firma o un milagro. A esta altura las dos variables parecen imposibles y anuncian un final, el mismo final. El reflejo de lo que sufre el rubro turístico en Europa y Estados Unidos, no fue suficiente para revertir la triste realidad, una sucesión de hechos que conduce sin escalas a un abismo seguro. Ya no hay más tiempo, nadie está dispuesto a sostener un negocio que no se sabe cuándo va a volver a ser rentable. Y en el medio cientos de miles de trabajadores que viven a diario la incertidumbre, aquí y en todo el mundo.

El sector hotelero y gastronómico, que con setecientos mil empleos registrados concentra la mayor porción del total de la cadena del turismo que asciende aproximadamente al millón doscientos mil, es uno de los más golpeados por la pandemia y desde la gremial empresaria vienen advirtiendo que el 95% de los establecimientos no subsistirán sin asistencia. Además, de ser el sector con la mayor destrucción de puestos de trabajo, ya se perdieron 225.000 empleos.

La Ley de Sostenimiento y Reactivación Productiva de la Actividad Turística Nacional, iniciativa de los Senadores del Frente de Todos, aprobada por el Congreso Nacional, promulgada el 21 de septiembre último y reglamentada el 13 de octubre, faculta al Jefe de Gabinete de Ministros a establecer condiciones especiales para garantizar la continuidad de las fuentes de trabajo y de los emprendimientos turísticos y a prorrogar la vigencia de las medidas previstas en el Capítulo del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, por ciento ochenta (180) días y hasta el límite de los beneficios instituidos. Entre esas medidas se incluye: la reducción del pago de las contribuciones patronales al Sistema Integrado Previsional Argentino del noventa y cinco por ciento (95%); y la continuidad del salario complementario abonado por el Estado nacional (ATP) para los trabajadores y las trabajadoras en relación de dependencia del sector privado del cincuenta por ciento (50%) del salario neto, no pudiendo ser inferior a una suma equivalente a un (1) Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) ni superar dos (2) SMVM, o al total del salario neto.

El vicepresidente de FEHGRA (Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina) y referente de la regional de Patagonia Sur, Paulo Lunzevich, en dialogo con Turismo530, sostuvo que «la situación que vivimos es dramática, cada informe que recibimos es peor al anterior; estábamos junto al rubro de la construcción en la misma situación, pero ellos lograron levantar un poco en las últimas semanas, mientras nuestro sector se sigue desplomando. No hay antecedentes de un desastre similar, necesitamos que se tome consciencia de la magnitud de este efecto devastador».

Quienes transitan la actividad desde siempre, es muy común una chanza que dice que el funcionario provincial o municipal aumenta la cantidad de turistas y el empresario hotelero las baja, y que del promedio entre ambas da la ocupación real; tristemente la realidad que trajo la pandemia los puso de acuerdo, y juntos ven morir desde emprendimientos jóvenes, hasta sólidas empresas de varias generaciones: «No es un capricho, necesitamos que el Jefe de Gabinete nos escuche y firme la prórroga de la Ley; es indispensable para evitar el cierre masivo de hoteles que se va a producir, como una ironía en plena temporada; según los datos que recibimos de nuestros afiliados la mayoría no pasará la primera quincena de enero. No hay reservas suficientes para solventar los gastos, incluso en Patagonia sufrimos el problema de la poca conectividad área, lo que genera un problema adicional, en El Calafate, por ejemplo, están cancelando las reservas realizadas a través del programa Previaje»-comentó Lunzevich.

«Estamos haciendo todo para que nos escuchen, pedimos una audiencia con el presidente Alberto Fernández, necesitamos que sepa lo que está pasando y los más de doscientos mil puestos de trabajo que se perderán solamente en enero con el cierre definitivo de hoteles, nos dijeron que sí pero no sabemos si le llegó nuestro pedido. Insisto, no es mala voluntad, es imposible sostener una empresa deficitaria por tantos meses consecutivos. Le enviamos una nota al ministro Kulfas y otra a Santiago Cafiero, para que prorrogue la Ley, necesitamos su firma, hay tiempo hasta el 31 de diciembre, estamos a 48 horas de que se caiga el turismo a pedazos» -explicó el dirigente.

En un contexto difícil, fracasan todas las altas temporadas del mundo: en España sólo hubo menos del 5 por ciento de los más de ochenta millones de turistas extranjeros que la visitan cada año; hay millones de puestos de trabajo perdidos entre compañías aéreas, rentadoras de autos, empresas de cruceros, transporte terrestre, agencias de viajes, hoteles, restaurantes y más… Nuestro país se prepara para enfrentarla encima con un aumento preocupante de contagios de coronavirus. Los ministros de Turismo provinciales advierten en sus redes sociales del poco cuidado que ejercen los visitantes, es que también está comprobado y pasó en todo el mundo, que el que viaja es en general el que menos se cuida y no le importa nada. No se puede desconocer que la prueba piloto de viajes de turismo estudiantil, llevada a cabo hace dos semanas, terminó con una treintena de jóvenes contagiados. Es por ello por lo que muchos le temen al virus y no viajarán, según un estudio realizado por el Observatorio Gente en Movimiento que preside la diputada Nacional por el Frente de Todos, Gisella Marziotta, que dio como resultado que el 75% de los porteños no se irá de vacaciones este verano.

En ese sentido, el empresario patagónico de la Filial Río Gallegos, destacó que «venimos de dos fines de semana extra largos después de nueve meses de encierro y aunque la cifra de seiscientas mil personas en cada uno de ellos parezca muy buena, no lo es, es bajísima, el que dice que es buena no sabe lo que es una alta temporada o no quiere ver la realidad; de esa cifra el setenta por ciento corresponde a propietarios no residentes, hubo destinos con ocupación bajísima y los gastos fijos son muy altos. Nosotros tuvimos destinos que no alcanzaron el 9% de reservas, y los que hablan de una mejor ocupación, es sobre los establecimientos abiertos, no sobre el total de plazas. Es una situación insostenible».

Los datos indican que la caída de la hotelería y gastronomía es ocho veces peor que la del resto de la economía; de una encuesta realizada por la Federación se desprenden datos alarmantes: la gran mayoría de los consultados espera tener un 10% de nivel de actividad en la temporada estival 2021, comparada con el verano de 2020. En gastronomía, proyectan un nivel de actividad del 20% o menos, en relación con el mismo período.

«Necesitamos que el Gobierno entienda la gravedad de lo que está pasando y que tiene en sus manos la posibilidad de aprovechar una herramienta que apuntala la economía como es nuestro sector cuando está fuerte y sólido. El turismo en todo su conjunto es fuente de desarrollo y crecimiento, no pueden dejarlo caer» -concluyó Lunzevich.