Con invocaciones y agradecimientos por los frutos obtenidos, la felicidad del hogar, el trabajo, las cosechas del campo y el ganado, se conmemoró el ritual andino.

La celebración de la Pachamama, una deidad de la cosmogonía andina que alude a las bondades de la Madre Tierra, volvió a congregar este martes en varias provincias a cientos de personas que con atuendos coloridos, sahumerios, música y comidas autóctonas cumplieron con los rituales ancestrales para pedir fertilidad y abundancia para las nuevas cosechas.

Una vez más las tradiciones heredadas de incas, quechuas y aymaras -que consisten en abrir la tierra para plantar comida y bebidas como gesto de buen augurio para los próximos cultivos- se fusionaron con el interés de turistas y pobladores en el respeto a la naturaleza y el cuidado ambiental.

Si bien la Fiesta Nacional de la Pachamama celebró en febrero su 75ta edición en la localidad tucumana de Amaicha del Valle, este martes las actividades principales se focalizaron en la puna jujeña, Salta y otras localidades del NOA, donde incluso algunas autoridades participaron de la “Corpachada”, un ritual consagratorio para alimentar a la Pachamama con ofrendas colocadas en un pozo junto con agradecimientos y rezos.

Este ritual busca significar el momento en que el humano devuelve a la Pachamama lo que ha tomado de ella para restablecer el ciclo de reciprocidad con la naturaleza, mientras en otras zonas del país se expandió la costumbre guaraní, llegada de Paraguay, de beber tres sorbos de caña con ruda (también llamada carrulim) para espantar “los males del invierno”.

Jujuy
En Jujuy, las familias realizaron este martes ofrendas, invocaciones y agradecimientos por los frutos obtenidos, la felicidad del hogar, el trabajo, las cosechas del campo y el ganado, en un ritual muy arraigado en la provincia, especialmente en las zonas de la Quebrada, la Puna, los Valles y las Yungas, donde los pobladores hacen un alto en sus tareas cotidianas para rendirle tributo a la Madre Tierra.

El secretario de Cultura de Tilcara, Eduardo Escobar, apuntó que allí hay lugares especiales donde para “las ceremonias fundamentales que tienen que ver con la cosmovisión del hombre y la mujer del mundo andino que, ancestralmente, se lleva a cabo porque es una forma de retribuir a la Madre Tierra lo que ella nos da, todos los alimentos y lo que sale como fruto de la tierra”.

“La ofrenda a la Pachamama manifiesta el deseo profundo que tiene el hombre en esa comunión con la tierra, con sus ansias profundas de que ella sea cuidada, protegida y venerada porque es una madre”, explicó.

En el santuario del Abra de Punta Corral, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, la banda de sikuris de la Municipalidad también rindió homenaje con ofrendas seleccionadas y canto de coplas en un ambiente íntimo y emotivo.

En el caso de Humahuaca, la corpachada se realizará el 22 de agosto, «después de la marcha evocativa por el Éxodo Jujeño para todos los vecinos y turistas».

Héctor «Wayra» Castillo, dirigente de la agrupación cultural Mayra de Palpalá, explicó: “Para nosotros la Pachamama es una cuestión espiritual. Nuestra obligación es agradecer y establecer una conexión con nuestros ancestros, con la tierra, el viento, el aire porque todos los alimentos que le ofrecemos a la Pacha tiene que ver con la naturaleza en su estado natural”.

La municipalidad de San Salvador realizó la ceremonia frente al anfiteatro Las Lavanderas del Parque Xibi Xibi junto a un grupo de mujeres copleras, números musicales y artísticos.

Salta
En Salta, gran parte de la provincia amaneció este martes bajo el humo de los sahumerios y los homenajes a la Pachamama, en el inicio de agosto, mes en el que se multiplican los tradicionales rituales para pedir y agradecerle a la Madre Tierra.

“Es un día muy especial para agradecer a nuestra madre tierra, por ella vivimos”, dijo Nicolas Subelza, que es residente en Salta de la localidad de Iruya, tras lo que agregó que “durante todo el mes se realiza esta celebración”, porque “es mucho lo que nos brinda la Pachamama”, y debemos “honrarla y cuidarla siempre”.

Subelza formó parte este martes del ancestral ritual en homenaje a la Pachamama que se realizó en el predio de la Casona Histórica de Castañares, donde estuvo la intendenta Bettina Romero.

En ese lugar tradicional de la ciudad de Salta, donde estuvieron residentes de Iruya, turistas y vecinos, se realizó el tradicional convite a la Madre Tierra, junto a autoridades del cuerpo consular de Paraguay, Uruguay, Perú y Bolivia, grupos Tinkus el escuadrón de mujeres gauchas, el ballet del Consejo Federal del Folclore (Cofar) y la Federación de comunidades Collas.

“Este es un mes de celebración en honor a nuestra madre tierra, en el que vemos que nuestras tradiciones, raíces e historia están más vivas que nunca», dijo la intendenta.

Además, en casi todas las viviendas y negocios de la provincia se cumplió con la tradición de sahumar con ruda, romero, lavanda, mirra, incienso o canela a modo de limpiar las energías para comenzar un nuevo año de agradecimiento por todo lo logrado.

La Secretaría de Asuntos Indígenas de Salta también organizó una ceremonia ancestral de convite a la Pachamama, en parque San Martín, donde estuvieron funcionarios provinciales, referentes de comunidades originarias y jóvenes del interior provincial que se alojan en los albergues estudiantiles de la capital salteña.

Desde este martes hasta el 31 de agosto, los municipios organizaron actividades para celebrar el mes de la Pachamama, que pueden consultarse en https://www.saltacalendario.gob.ar/.

El Litoral y Rosario se sumaron a las celebraciones
En distintas localidades del Litoral, desde Misiones a Entre Ríos, también se cumplió con el ritual de agradecer a la Pachamama pero con la particularidad de ingerir en ayunas tres sorbitos de caña con ruda, una tradición guaranítica que busca alejar “los males del invierno”, en alusión a enfermedades típicas del frío, aunque este primero de agosto las temperaturas estuvieron más cercanas a las de una jornada de verano con más de 27 grados promedio.

En Rosario también se celebró el Día de la Pachamama con actividades culturales y rituales ancestrales colectivos, de los que participaron pobladores norteños y representantes de pueblos originarios que se reunieron a las 10 para compartir la tradicional bebida precolonial conocida como «caña con ruda» en la plaza Sarmiento.

Reunidos alrededor de un pequeño pozo cavado en la tierra, los participantes colocaron ofrendas como vino, chicha, cereales, pan y hierbas secas sobre coloridos tejidos de los pueblos originarios de la región y del norte Argentino, luego una mujer encendió carbones en el interior del pozo y todos agradecieron depositando las ofrendas en él, mirando antes al sol que respondió radiante en la calurosa mañana rosarina.

La celebración se completó bebiendo un sorbo de caña con ruda como parte de la tradición para «espantar los males del invierno y obtener buena salud».

«Es una celebración participativa que busca que todos sintamos el mismo compromiso con la tierra para poder honrarla y celebrarla, pero también para cuidarla porque la estamos destruyendo», dijo a Télam, Zaida Mamani, en representación del pueblo Quechua.

Y, acotó: “Queremos que todos los que pasen hoy y participen, vivan, sientan y se lleven a sus casas para compartir con sus seres queridos, esa tranquilidad y esa felicidad que solo una madre puede transmitir».

«Hoy es un día muy importante para los pueblos andinos porque empezamos a renovar nuestra energía. Es una costumbre que nadie nos va a poder sacar porque es algo que sentimos y agradecemos a la madre tierra, la defendemos y no queremos que la sigan dañando», enfatizó.

Cerca de las 15, la celebración se trasladó a orillas del río Paraná, en el balneario La Florida, donde el grupo «Movete en la playa», agradeció a la Madre Tierra con un gran baile de folclore.

Santiago del Estero
En Santiago del Estero capital, el ritual se inició en la tarde de este martes, en el marco de una jornada con calor intenso, que llegó a 36 grados.

El Patio del Indio Froilán, como se conoce a un luthier de bombos, se fue poblando de gente, amigos e integrantes de la comunidad Tonocote con sus ofrendas, para colocarlos en recipientes y llevarlos para la tierra.

Una de las asistentes, Tere Casatronuovo, dijo a Télam que el pozo se realiza en el Patio del Indio Froilán desde 2008, y que «el día que abramos la boca y esté mojado, cambiaremos (…) si sigue seco, cómo ahora, es porque aún busca saciarse».

Durante la ceremonia, a los concurrentes, de a dos, se les iba colocando la manta y se arrodillaban para volcar a la tierra las bebidas y los alimentos, cortados con las manos, ya que no se usan cuchillos ni envoltorios.

Este año, los padrinos fueron Silvia Starcich y Ariel Roldán, encargados de organizar el ritual y ayudar a las parejas para honrar a la Pachamama.

Los primeros fueron Castronouvo y el Indio Froilán, quienes, emocionados, se fundieron en un abrazo, mientras sonaban de fondo las chacareras.

Y así fueron pasando las parejas a homenajear a la «Pacha», brindar los respetos hacia ella, así como a los recursos naturales, tales como el sol y el agua, para que las bendiciones continúen en la tierra santiagueña.

Fuente: Télam