Juan Pablo Amaya es investigador del CONICET y tiene como lugar de trabajo la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR). Gracias a una beca del Ministerio de Educación y de la Comisión Fulbright realizó una estancia de investigación en el Museo de Zoología de Vertebrados (MVZ) de la Universidad de California, en Berkeley, entre junio y noviembre de 2021. En esta nota nos cuenta su experiencia.

“Mi línea de investigación es la Comunicación Acústica y el Comportamiento Animal y mi principal objeto de estudio son los roedores subterráneos sudamericanos conocidos como «tuco-tucos». En el MVZ están alojadas, en cautiverio, las únicas colonias del tuco-tuco social (C. sociabilis) del mundo.

Debido al modo de vida subterráneo de los tuco-tucos, los sistemas de túneles artificiales son fundamentales para realizar investigaciones sobre sus patrones de comunicación vocal y el comportamiento asociado. Por ello, la población cautiva alojada en Berkeley representa un recurso único para caracterizar la comunicación acústica y el comportamiento de esta especie.

Durante el período de la beca, pude registrar por primera vez gran parte del repertorio vocal del tuco-tuco colonial y estudiar el contexto comportamental en el cual se produce. Las señales acústicas de esta especie tienen una estructura acústica considerablemente diferente de aquellas producidas por las especies solitarias de tuco-tuco estudiadas hasta la fecha. Pude registrar que el tuco-tuco colonial tiene un repertorio vocal más amplio, con vocalizaciones que abarcan un amplio espectro de frecuencias.

Al compartir túneles subterráneos las interacciones entre los individuos ocurren diariamente y, por esta razón, se espera que el sistema de comunicación acústica sea más variado en el número y en la estructura de las vocalizaciones. Es posible que las diferencias en el sistema vocal entre la especie colonial y aquellas solitarias sean producto de la mayor complejidad en la estructura social del tuco-tuco colonial.

Por otro lado, la experiencia de la beca me sirvió para profundizar conocimientos y pensamientos en cuestiones científicas y humanas en relación con el ámbito académico. Pude presentar mi trabajo e intercambiar opiniones con investigadores de renombre en mi temática de estudio. Esto me permitió abordar y analizar los datos obtenidos con metodologías más acordes a las preguntas que deseaba abordar. Además, la estancia de investigación contribuyó para planificar futuras investigaciones que podrían desarrollarse colaborativamente con investigadores de Berkeley.

En el plano humano incorporé conceptos en relación con la importancia de formar de grupos de investigación con acciones conjuntas, es decir, con objetivos compartidos para lograr un fructífero crecimiento del colectivo académico. Pude vivenciar esto cuando participé en los seminarios semanales del grupo de comportamiento animal del Museo y, de forma indirecta, al intercambiar opiniones con personas que cumplen diferentes tareas, como becarios, investigadores, técnicos y personal de mantenimiento y administrativo.

Más allá del avance científico que representa en mi temática de estudio, el impacto de haber trabajado en una institución con una sólida historia científica y de formación de recursos humanos fue notable. Me comprometo a volcar los conocimientos adquiridos en la Universidad Nacional de La Rioja para aportar a su crecimiento”.