Gran Bretaña exigirá a los pasajeros que lleguen de países en los que se están propagando preocupantes variantes del coronavirus que paguen 10 días de cuarentena en hoteles, mientras que los infractores de las normas se enfrentarán a fuertes multas o penas de cárcel, en virtud de unas restricciones más estrictas a partir de la próxima semana.

Las nuevas normas de viaje se suman a las restricciones que ya prohíben viajar al extranjero en vacaciones. El gobierno dijo que las medidas más estrictas eran necesarias para evitar que las nuevas variantes del virus frustraran el rápido programa de vacunación británico, informó el portal caribbeannewsdigital.com.

Las aerolíneas y las compañías de viajes pidieron más ayuda al gobierno, diciendo que las nuevas reglas profundizarían una crisis que les ha hecho perder casi todos sus ingresos.

El secretario de Sanidad, Matt Hancock, dijo que la gente podría ser enviada a prisión y multada con hasta 10.000 libras (14.000 dólares) si incumple las normas que entran en vigor el 15 de febrero.

Cualquiera que mienta en el formulario de localización de pasajeros y trate de ocultar que ha estado en un país de la «lista roja» en los 10 días anteriores a su llegada aquí, se enfrentará a una pena de prisión de hasta 10 años», dijo Hancock en el Parlamento.

Los británicos e irlandeses que lleguen a Inglaterra y hayan estado en países de alto riesgo en los últimos 10 días deberán pagar 1.750 libras (2.400 dólares) para cubrir el coste de una cuarentena mínima de 10 días en un hotel designado, dijo Hancock.

Todos los que lleguen al Reino Unido tendrán que someterse a nuevas pruebas de COVID-19 el segundo y el octavo día de sus cuarentenas, dijo, además de la prueba previa a la salida ya exigida.

Gran Bretaña ha puesto en marcha el programa de vacunación más rápido de todos los países grandes. Pero en los últimos días se ha producido una alarma tras los informes de que las vacunas que se están utilizando pueden ser menos eficaces contra algunas nuevas variantes del virus, como una que se ha propagado rápidamente en Sudáfrica.

El gobierno, criticado en las últimas semanas por su lentitud a la hora de implantar medidas fronterizas más estrictas, dijo que las normas más estrictas podrían seguir vigentes hasta que esté seguro de que las vacunas funcionan contra las nuevas variantes, o hasta que haya vacunas de refuerzo disponibles.

Las compañías aéreas y los aeropuertos británicos lanzaron una nueva petición de ayuda, la última de muchas, instando al gobierno a proporcionar más apoyo para garantizar que el sector pase el año, y a publicar una hoja de ruta sobre cómo aliviar las restricciones.